Es cierto que esta es tierra de extremos; no por casualidad existe hasta una región española que lleva el nombre de Extremadura. Esos extremos se han reflejado a lo largo de la historia y tanto llegan a lo bueno como a lo malo.
En lo relativo al trabajo, aquà se llegó hasta el tener a gala el “no haber trabajado con las manosâ€, para ser admitido en la nobleza, cosa que se comenta por sà sola, ya que junto al cerebro, las manos son las primordiales herramientas que han hecho al hombre lo que ha llegado a ser.
Aquà (y la mayorÃa de progenitores incluso presumen de ello) no se busca un trabajo, sino “un enchufeâ€, generalmente pagado y mantenido por el dinero público y donde se cobre lo máximo y se trabaje (si es que se trabaja) lo mÃnimo posible y sin responsabilidad alguna. De ahà ese dicho vergonzoso de algunos padres que presumÃan y aún presumen de… “mi hijo/hija tiene un enchufe estupendo, gana tanto y no da golpeâ€. O sea, algo que debiera dar bochorno, sin embargo sirve de presunción o categorÃa social y lograda por “vete a saber que mediosâ€.
Por el contrario y debido a esos extremos; aquà hay quién es capaz de trabajar “veintiocho horas al dÃaâ€, aunque ello parezca imposible, puesto que el dÃa sólo tiene veinticuatro; pero los hay que su trabajo y rendimiento se duplica o multiplica por el ingenio y tenacidad de estos, dijéramos… “enfermos del trabajoâ€. A estos últimos les debe España su prosperidad, su inventiva y todos sus progresos del tipo que sean.
Ocurre igual en otros campos, como por ejemplo la lectura de libros; aquà en España se editan más libros que en ninguna otra parte del mundo, a tenor con su población, pero por el contrario, aquà abunda infinitamente más el iletrado o analfabeto que el cultivado, o sea que aquà hay infinidad de individuos que jamás leyeron un libro y sin embargo hay minorÃas que simplemente “los devoranâ€. Y ello afecta a todas las capas sociales, puesto que hoy leer “no cuesta dineroâ€, debido a la gran red de bibliotecas públicas existentes en España.
Y es que leer, obliga a pensar y deducir; y para mÃ, el principal y más duro trabajo es precisamente pensar y deducir, cosa esta bastante escasa en el mundo pero más acentuada aún en esta España nuestra, donde un pensador, escritor, poeta y socialista republicano, escribiera en el pasado siglo lo siguiente… “En España de cien cabezas, una piensa… el resto… embistenâ€.
A la vista de todo ello, no sorprende lo que un periódico nacional y en grandes titulares, publicaba recientemente y que ratifica esa vagancia española que figura en mi titular, puesto que afirma lo que sigue.
“Un millón de empleados faltan cada dÃa al trabajo en España, el doble que en la UE – Las bajas laborales tiene un coste anual del 13.000 millones de euros, el 1% del Producto Interior Brutoâ€.
Lo que antecede fue publicado por el diario ABC del 28-02-2010 y con una muy amplia información sobre esta lacra social, que cubrieron dos páginas del citado diario y en la que afirma, que ello va en continuo aumento lleva ya bastantes años.
¿Pero aquà está toda la vagancia española reflejada? No; la hay y mucha en aquellos “puestos†donde se va y no se da golpe, o donde se va… “pero no se estáâ€; sobre todo en esos inmensos “nichos†oficiales y donde el empleado oficial, están en la calle más que dentro de la oficina y donde incluso, se conchaban (se dice) entre algunos para que uno/una tenga la tarjeta electrónica de control, de varios de ellos y asà al llegar pasa el control de varios, por cuanto a la semana siguiente, uno de ellos “le hará†el favor, mientras él se queda en su casa… “o se va a pescar truchas o a ver las mariposasâ€.
Igualmente aquà hay que tener en cuenta, la infinidad de “enfermos imaginariosâ€, que aprovechándose de las debilidades (o complicidades) de quienes sean, están más tiempo rebajados de servicio, que trabajando en sus obligaciones… y de esto último, se ha escrito cantidad e incluso se ha difundido por pelÃculas grabadas, por los ya esquilmados empresarios, que para echar al parásito, han tenido que pagar incluso detectives privados para encontrar pruebas irrefutables, de la estafa. Pienso que la contratación y el despido libre, arreglarÃa mucho sobre esta, “enfermedad nacionalâ€.
Por todo ello (quizá) surgió aquel eslogan en la época de Franco… “España es diferenteâ€â€¦ y es que España y en todos sus extremos es asÃ.
Antonio GarcÃa Fuentes
(Escritor y filósofo)
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