Hace ya unos cuantos años que nos venció el pasaporte a mi esposa y a mi; no lo hemos renovado y no sé si lo renovaremos; viajar ya es algo insoportable muchas veces y muchos viajes que hubiéramos podido emprender; al final ya no nos hace ilusión, el tener que someternos como ganado estabulado o peor aún, ser tratados como delincuentes; pues otra cosa no es lo que ya han de padecer los viajeros en infinidad de momentos. No, no merece la pena viajar ya y ello demuestra la gran decadencia de un mundo en el que una minorías han sometido a las inmensas mayorías que son las que trabajan y de las que hasta esos indeseables viven opíparamente: “quizá si hubieran ahorcado a tiempo a unos cuantos, ciertas cosas no hubieran llegado a tanto”.
El terrorismo “creado por intereses inexplicables o explicables parcialmente”; ha logrado ello; y los gobiernos que dicen gobernar, están demostrando hasta la saciedad, el que no saben gobernar… o peor aún, no quieren gobernar, puesto que el terrorismo es empleado para tener asustada a la humanidad; amén que ya con tanta prohibición, mejor quedarse en casa y hacer en ella lo que mejor le venga en gana a cada uno.
Yo he viajado mucho y en todos los medios de locomoción; y he disfrutado enormemente en lo que son (o eran ) viajes de placer (palabra hoy desconocida puesto que hoy son viajes de suplicio o borreguiles) y a costos soportables por mucha gente.
He disfrutado de viajes en avión y en clase normal o turista; donde he sido muy bien atendido, por verdaderas y profesionales azafatas, educadas por demás y que solícitamente atendían al pasaje, en asientos cómodos (y no enlatados como sardinas en que hoy hacen viajar). He comido verdaderos menús de restaurante y en grado incluso felicitable, por el cuido de los alimentos y pese a las limitaciones de tiempo y espacio.
He disfrutado de fumar cigarros puros a bordo y sin que se moleste nadie; como igualmente fumaban cigarrillos otros viajeros; puesto que la aspiración de humos en los modernos aviones, es más que suficiente para ser aceptado ello; lo que bastante después se adecuó incluso para ir fumadores en una banda del avión y en la otra los no fumadores; pero ya digo no era necesario ello por la potentísima aspiración de humos.
Y era un placer fumar un cigarro puro, sobre las inmensas sábanas de algodonosas nubes, en que volabas y admirando ese limpísimo cielo azul que hay encima de ellas; máxime, como me ocurriera más de una vez, en que al salir del aeropuerto, había un tiempo de lluvia y viento muy desagradable y a los pocos minutos degustabas ese placer, sobre esa inmensa alfombra blanca y cubierta por la aún más inmensa de ese bóveda azul de un firmamento que te transmite placeres inenarrables de paz y sosiego… todo eso lo han ido eliminando los inútiles “prohibidores” y más inútiles gobernantes, por cuanto han caído en las modernas inquisiciones, modernos miedos y retrocesos ya incalificables; y de los que se debiera escribir mucho, para vergÁ¼enza de unos y conocimiento de las masas de borregos actuales; que les van a obligar hasta a llevar una bolsa atada al aparato urinario, para tenerlos incluso más atados al asiento y un tapón en el culo, para que aguanten hasta llegar a tierra.
No hablemos de las terminales de viajeros (aquí entran también las de navegación acuática) donde y como inmensos rebaños de ganado, te tratan como si ya fueras un delincuente confeso y condenado, por lo que te hacen cumplir castigo penitenciario, e incluso y por cualquier capricho, son capaces de ponerte en cueros vivo y no puedes ni protestar. No hablemos del equipaje de mano y lo que llevas en los bolsillos, puesto que todo lo que te impiden llevar o te obligan a dejar en el cubo allí preparado, es ya de risa. De ahí lo que digo de “haber ahorcado a algunos”.
Todo ello conlleva, como me ocurriera ya hace muchos años en uno de los aeropuertos de París, a tardar mas tiempo en el embarque en la nave aérea, que en el trayecto de esta desde París a Málaga. Hoy agravado mucho más e incluso, dejando abandonados a los viajeros y a su suerte, por que por causas múltiples, el vuelo ha sido anulado, dejándote en muchos casos más sólo, que “en las arenas del Gobi”.
Los sindicatos de obreros (sean aviadores, controladores, o mozos de cuerda) lían tales follones, que ya digo… mejor no viajar y sólo que viajen los pobrecitos que no tienen mas “bemoles” que hacerlo; el resto mejor pensárselo muchas veces antes de emprender las ridículas aventuras que te hacen pasar, a pesar de pagar lo que te exigen.
No sé en qué piensan las compañías de aviación, los fabricantes de naves aéreas o grandes trasatlánticos; tampoco los muchos que viven de lo que pagamos los viajeros, pero si no se dan cuenta de la decadencia que hay y la que avanza sin cesar, es que son bastante idiotas; puesto que y por lógica, todo el que tenga un poco de dignidad humana dirá y hará lo que yo ya vengo haciendo, hace ya más de una década.
De no ser así, pobre humanidad; incluso rebajará del grado de borrego.
Antonio García Fuentes
(Escritor y filósofo)
www.jaen.ciudad.org (allí mucho más)