El enfrentamiento generacional no es nada nuevo y muchos escritores y también los filósofos lo han reflejado en sus escritos o reflexiones; por tanto (reitero) no es nada nuevo bajo el sol. En cierta medida es el reflejo de la lucha animal, para formar grupo y erigirse en el que dirige la manada para vía sexual, imponer sus genes.
Pero el fenómeno de hoy (pienso) es muy diferente, puesto que nunca ha existido una juventud mejor mantenida y cuidada y que sin embargo y salvadas las excepciones que existan… se decanta como la más débil de todas las conocidas. Su debilidad es tal que ni se atreven a formar familia y muchos empiezan a envejecer en casa de los padres y mantenidos por estos. En mi generación era todo lo contrario, queríamos salir cuanto antes y tener nuestro propio hogar, que casi siempre empezaba siendo alquilado y amueblado con una modestia digna de ser recordada. Pero nos decidíamos y la inmensa mayoría salíamos adelante, nos manteníamos unidos y lo que hoy es el pan nuestro de cada día (separación o divorcio) era cuasi desconocido; generalmente sabíamos mucho mejor el… «aguantarse el uno al otro» que hoy estamos viendo; y lo que eran esos brutales apaleos o asesinatos, eran bastante escasos para la cantidad de vicisitudes que de verdad había que pasar para salir adelante con una mínima dignidad.
No tengo que señalar a nadie; cuando nos casamos; mi esposa contaba veinte años y yo veinticuatro y cinco años después, ya teníamos tres hijos y uno que se perdió. Mi casa (alquilada) parecía una verbena, por la cantidad de pañitos que mi esposa tenía que lavar, para mantener limpios a aquello pequeños… y por descontado, no había la cantidad de comodidades que hoy tiene cualquiera. Tampoco yo tenía nómina fija y me lancé a la aventura simplemente como comisionista y… «carretera y manta»; por lo que de haber tenido un accidente mortal… mis herederos hubiesen quedado, como es de imaginar. Pero nos aguantamos los miedos y seguimos adelante… hoy tenemos hasta una nieta casi con dieciocho años y podemos mirar atrás con satisfacción, pues triunfamos en todo cuanto emprendimos y trabajamos duro… «codo con codo»; hoy lo siguen haciendo nuestros hijos… ¡Y esa es la vida que nos enseñaron nuestro mayores!
Hoy una gran mayoría de esa juventud (no digamos la que está sumergida en las drogas o el alcohol y otros vicios) apenas sueña con otra cosa, que en conseguir la colocación oficial, en el lugar que sea; donde se trabaje poco, se cobre lo máximo… y que tengan dinero para todas esas «necesidades vicios de la vida irresponsable» y poco más; muchos ya viven como «los tigres que queden en la selva»… «amplio territorio, cubrir a las hembras y vivir en solitario»… «los hijos que los traigan los inmigrantes» y que estos hagan todos los trabajos que «los nuevos señoritos» nunca quisieron hacer… ¡Y viva la Pepa! Mientras, hoy esa inmigración ya es un enorme problema.
Pero es que aún así, cuando intercambias debates, sobre todo en la red y donde el anonimato es el máximo exponente de la cobardía que hoy impera en todas las capas sociales (y sálvese el que pueda)… cualquiera de estos inmaduros y más dignos de lástima que de otra cosa; te atacan con una soberbia e ínfulas de superioridad que asombra… no saben los pobrecillos, que la mayoría sólo saben… «apretar botones del ordenador, del telefonín y de otros muchos artilugios que los tienen dominados», pero de vivir, de vivir la vida con la crudeza que hay que vivirla para formarse de verdad y convertirse en hombres o mujeres… ¿cuántos saben mínimamente de ello? ¿Por qué no se hacen encuestas sobre temas tan crudos y reales?
La culpabilidad de esa decadencia está en la familia y los responsables son los padres, que han criado unos retoños… «entre algodones y desinfectantes» y es claro, el resultado es el que vemos. También los políticos los han deformado, incluso dejándolos votar cuando apenas si han dejado de ser niños, puesto que los dieciocho años no dan para más; pero es claro que a esa edad se manejan mucho mejor y estamos viendo el resultado, por lo deplorable en todos los campos y ahí están las encuestas incluso internacionales, de la formación intelectual y profesional de esos jóvenes.
Recuerdo una vieja máxima y que debió nacer en una mente muy sabia; la que asevera lo que sigue:
El que a los veinte no quiere, no querrá, el que a los treinta no es, no será… y el que a los cuarenta no tiene no tendrá. Es a partir de aquí… cuándo algunos, no muchos; son los que están preparados para enseñar algo a los demás; pero ya digo son una minoría mínima y esa es la élite verdadera de cualquier sociedad, pero que ahora no la veo por parte alguna… mientras los inútiles que dicen gobernar, hasta ayer mismo decían que estábamos en progreso, desde hace no se cuantos años. Como para mondarse de risa viendo el panorama.