Sociopolítica

Villalobos y Martínez, el machista

«Señor Martínez, un momento, yo estoy presidiendo esta sesión…soy profundamente respetuosa con las opiniones de todo el mundo en esta casa; llevo 25 años, me guste o no me guste o me parezcan excesivamente machistas algunos discursos que algunos hombres realizan en esta Casa».

Son las palabras pronunciadas por Celia Villalobos, a la sazón ejerciendo el 17 de mayo de 2012 como Presidenta eventual del Congreso de los Diputados, cuyos salarios, dietas y gastos -salarios y dietas de los diputados, y gastos del Congreso- pagamos los contribuyentes.

Hay una cuestión previa de interés antes de continuar: no ha habido forma de escuchar ni de leer el discurso completo que ha provocado la reacción de la Presidenta eventual Villalobos en defensa –difusa, pero defensa al fin- de la condición femenina de la ministra Mato mediante el ataque –difuso pero ataque al fin- al diputado socialista Martínez.

Hay un motivo por el que estoy casi seguro de que no ha habido comentario alguno que remotamente pudiera ser vinculado a una metedura de pata machista de Martínez: la ausencia de registro de video o audio de las palabras literales del diputado del PSOE.

Lo que sí que se ha podido ver, escarbando un poco en youtube, es una intervención parlamentaria en la que el diputado socialista ejerce una crítica contundente sobre la actividad de la ministra a partir de una base ciertamente dramatizada en forma de “historia de una vecina”. 

Como compensación por la falta de registro del pecado, Libertad Digital nos ofrece a través de un enlace editado de youtube con una duración de 4:02 minutos el rifirrafe posterior al discurso del diputado socialista, donde por pura lógica es imposible saber cuáles son los supuestos comentarios machistas que llevan a Villalobos a mencionar que Martínez ha realizado comentarios machistas.

Hoy, 18 de mayo, Libertad Digital me da la razón de forma indirecta cuando continúa la noticia con una secuela titulada: El “machista” PSOE prueba su propia medicinaevocando claramente que las falsas –o no siempre tan falsas- acusaciones de machismo propagadas por el partido de Pajín, Jiménez, Blanco y Aído durante la pasada legislatura se han vuelto contra el partido de Rubalcaba y Valenciano

El lector perspicaz –y si está leyendo esta entrada, el lector es evidentemente perspicaz- habrá observado que el mismo diario que nos ha repetido hasta la saciedad aquella foto de los dirigentes sindicales comiendo mariscos a la salud de los contribuyentes, o que nos deleitó con el vídeo de Valderas hablando de “la de las tetas gordas” ya nos habría ofrecido en vivo y en directo las machistas palabras del machista diputado; luego la conclusión no puede ser otra: no hay vídeo, no hay caso.

Pero desde mi habitual intención divergente, he ignorado un poco al destinatario y el contexto, y me he fijado tan solo en el mensaje que la experimentada diputada y presidenta en funciones del Congreso ha querido compartir con los representantes del pueblo, y ahora también con los demás votantes, en ese estilo suyo tan andaluz y espontáneo.

«Señor Martínez, un momento, yo estoy presidiendo esta sesión…soy profundamente respetuosa con las opiniones de todo el mundo en esta casa; llevo 25 años, me guste o no me guste o me parezcan excesivamente machistas algunos discursos que algunos hombres realizan en esta Casa».

En mi opinión hay tres ideas preocupantes en el planteamiento de Villalobos, sin contar la intranquilidad que me produce la preposición con tras la voz respetuosa.

1. Villalobos lleva 25 años en el Parlamento.

2. A Villalobos le parecen excesivamente machistas algunos discursos.

3. Villalobos entiende como excesivamente machistas a algunos de los discursos que algunos hombres realizan en la Cámara.

 De lo cual se deduce que la presidenta eventual del Congreso piensa que:

–   Chuparse 25 años de arrendataria en el Parlamento es un mérito –de hecho he consultado con un becario jurídico amigo mío si la diputada podría registrar ante notario la propiedad de su escaño por uso continuado, y mi amigo se ha quedado pensando-.

–   Algunos comentarios pueden ser moderadamente machistas o, incluso, sólo un poquito machistas –quizá se refiere a los comentarios de sus colegas de grupo parlamentario-.

–   Los comentarios machistas son patrimonio del sexo masculino, expresado en algunos de sus ejemplares a quienes les está reservada la ignominia del exceso de machismo.

–   Hay comentarios machistas que no son totalmente censurables; quizá los que no son excesivamente machistas o los que no son expresados por algunos hombres. Un lector malvado podría llegar a pensar que los comentarios no excesivamente machistas emitidos por ejemplares del sexo femenino, y más especialmente de su partido, serían los que Villalobos considera como aceptables.

Si se molestan los lectores en tragarse el vídeo que se adjunta, podrán comprobar que la señora Villalobos se da cuenta de que ha metido la pata e intenta suavizar su mención al machismo inexistente en la intervención de Martínez mediante la poco sutil táctica de decir digo donde dijo diego.

Por otro lado, y para darle un poquito más de cera a la más firme defensora del cocido viudo de carne de vaca –memorable momento histórico de Villalobos como ministra de sanidad-, me veo obligado a afearle la conducta general durante su intervención por su tono de severidad propio de una institutriz y por su recriminación paternal –perdón, maternal- a Martínez sobre lo que ha dicho o lo que ha dejado de decir en la tribuna de oradores; por no hablar de su negativa a concederle la palabra al afectado para darle oportunidad de réplica.

La presidenta interina debería saber -25 años dan tiempo a aprender mucho-, que los diputados reciben su salario, entre otras cosas, para decir lo que piensan en el Parlamento y actuar en función del bienestar de los residentes en España. No procede, por tanto, ninguna recriminación de la presidenta eventual sobre si viene a cuento o no viene a cuento lo que Martínez dice sobre su proceder –el proceder de Villalobos- en el Parlamento, porque no es ella, como presidenta, la que tiene que valorar eso, sino los ciudadanos.

Y dicho esto, un amigo me ha ofrecido una explicación alternativa a la frase: «Martínez mencionó a Villalobos en su discurso, Villalobos se cabreó y le vino a la boca la expresión emocional de moda cuando un hombre acorrala a una mujer con argumentos: ¡machista!»

[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=fpxQO_UPvng[/youtube]

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.