Todos los días nos despertamos con un nuevo caso de violencia de género, pero pocas veces nos paramos a analizar qué pasa en nuestro alrededor. Muchos países de Europa se encuentran en una situación peor a la española y no son precisamente los mediterráneos, los del sur. Los países nórdicos baten récords. Otros simplemente lo ignoran o esconden.
Para la abogada sudafricana Rashida Manjoo, relatora de Naciones Unidas sobre la violencia contra la mujer, “es un problema global. No es de ricos o pobres o de blancos o negros”.
En estos momentos no podemos citar ni a un solo país europeo que haya podido eliminar la violencia contra las mujeres de sus sociedades. En unos hay más visibilidad del problema porque existen estadísticas y un poder político sensibilizado pero también nos encontramos con países avanzados que esconden sus datos. Otros, como el Reino Unido, engloban la violencia de género en violencia doméstica, que agrupa otros tipos de agresiones.
Los países nórdicos, tan envidiados por su estado de bienestar y por sus políticas de igualdad, tienen los niveles más altos de violencia de género en Europa, mientras que España está a la cola en este tema, por increíble que parezca.
Amnistía Internacional señala a Finlandia por no luchar contra la violencia sexual. En este país solo se informa del 2 al 10% de las agresiones frente al 25% de Dinamarca. Más de un 40% de las mujeres nórdicas han sido víctimas de la violencia por parte del algún hombre, a pesar de ser países que han trabajado bien las políticas de igualdad.
Expertos en el tema hablan de exceso consumo de alcohol pero es obvio que alguna otra causa debe haber para que esas mujeres soporten estados de violencia similares. Y eso ocurre en donde la mujer ocupa el 44% de los puestos de los consejos de administración y en unos países que son los líderes en bienestar, según datos de Naciones Unidas.
IANSA (movimiento contra la violencia) asegura que el 75% de las armas ligeras están en los hogares. Suecia y Noruega no tienen armas pero Finlandia ocupa el tercer país a nivel mundial en pertenencia de armas en las casas.
Francia, que supera a España en casos de violencia de género, no ha desarrollado sin embargo políticas para combatirla a pesar de que el 16% de los homicidios cometidos en ese país, durante el año pasado, fueron contra mujeres. Solo un 9% de las agresiones son denunciadas, según el Observatorio Nacional de Delincuencia.
Países como Eslovenia, Grecia, Holanda, Hungría, Lituania, Polonia y Rumania no registran información sobre violencia de género ni en las comisarías, ni en los juzgados. Sin lugar a dudas, la primera medida es reconocer que existe pero solo 23 países en el mundo, diecisiete de ellos europeos, cinco americanos y Japón, registran y hacen públicos los datos de mujeres asesinadas por sus parejas.
En Italia, la Corte Suprema puede bajar la pena a un agresor si la causa son los celos. Susanna Bianconi, presidenta de la Casa de la Mujer contra la Violencia de Bolonia, denuncia que los informativos suelen hablar de “actos de celos, de demasiado amor”. En Alemania, una de cada cuatro mujeres ha sufrido algún tipo de agresión a lo largo de su vida, dato que coincide con la media de la Unión Europea.
España, en su pasada presidencia de la Unión en 2010 propuso la aprobación de una ‘eurorden’ de protección para víctimas, que afortunadamente fue aprobada. La eurodiputada socialista Carmen Romero justifica la importancia de que una víctima, una vez que logra esa protección, pueda desplazarse libremente y la medida siga vigente esté dónde esté. Solo en 2009, en España se dictaron 102.000 órdenes y más de 4.000 protegían a mujeres rumanas, unas 800 a inglesas, 450 a víctimas búlgaras y más de 300 a alemanas.
El Eurobarómetro dice que el 84% de los europeos opinan que la violencia contra las mujeres es inaceptable y debe ser castigada por la ley. Naciones Unidas no deja de denunciar la impunidad de la violencia sexual en Europa haciendo hincapié en que sólo un 14% de los casos por violación acaba en condena.
Hay que exigir a nuestros eurodiputados que se conciencien de la gravedad del asunto y comiencen a actuar. Necesitamos datos claros, análisis serios y medidas urgentes.
MercÁ¨ Rivas Torres
Periodista y escritora