El último Latinobarómetro indica que crece el apoyo a la democracia en América Latina (61% de encuestados). Pero también muestra que el 27% de muertes violentas del mundo se da en Latinoamérica, aunque su población no llega al 9% del total del planeta. En los últimos 10 años, 1.200.000 personas han muerto violentamente en la región.
Violentas favelas ocupadas por la policía militar, maras centroamericanas asesinas, matanzas en México, 25.000 desaparecidos forzosos, asesinatos y masacres en Colombia… Sólo Costa Rica, Cuba, Perú, Argentina, Chile y Uruguay están por debajo de lo que se considera violencia epidémica: 8 homicidios al año por cada 100.000 habitantes. La mayor tasa de asesinatos del mundo se da en América Latina.
¿Cómo explicar tan terrible realidad? ¿Los latinoamericanos son violentos por naturaleza? ¿Aqueja alguna maldición a América Latina?
La respuesta la proporciona un estudio reciente de la Fundación Latinoamericana de Ciencias Sociales. El informe muestra cómo la pobreza, la desigualdad y la falta de oportunidades son los fundamentos principales de la violencia, aunque el narcotráfico y el tráfico de armas ligeras actúen como aceleradores de la criminalidad asesina.
Hechos. Según la Organización Iberoamericana de la Juventud, la mitad de los más de 100 millones de jóvenes de 15 a 24 años latinoamericanos no tiene trabajo ni posibilidades de tenerlo. Y, según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la región tiene uno de los más altos índices de empleo informal en jóvenes, además de que uno de cada cuatro jóvenes latinoamericanos no trabaja ni estudia. Un mundo joven sin horizontes. Un mundo de jóvenes en la pobreza.
Hechos. Según la CEPAL, en los últimos años la pobreza y la pobreza extrema en América Latina han afectado y afectan a un 35% de la población. Casi 190 millones de latinoamericanos. Y, según la OCDE, unos 40 millones más de ciudadanos han caído o caerán en la pobreza en América Latina antes de acabar este 2010.
Hechos. Según Naciones Unidas, hay pobreza cuando las personas no pueden satisfacer, para vivir con dignidad, necesidades básicas: alimentación suficiente, agua potable, vivir bajo techo digno, atención sanitaria esencial, educación básica… El Banco Mundial cuantifica esa pobreza añadiendo que es pobre extremo quien malvive con menos de un dólar y cuarto al día. Y, por supuesto, al sufrimiento de no disponer de lo necesario para vivir, se añaden enfermedades que no afligen a quienes no son pobres, así como el más absoluto ninguneo: nadie en esta sociedad cuenta nunca para nada con los pobres ni cuenta nada a los pobres. Pobreza frecuente en América Latina y el Caribe que, según la CEPAL, además es la región más desigual del mundo.
Hechos. Según el Informe sobre la riqueza mundial 2010, publicado por Capgemini y Merrill Lynch, las fortunas de los latinoamericanos ricos (los que poseen más de un millón de dólares en inversiones financieras, sin contar el valor de sus casas, colecciones de arte u otros bienes consumibles y duraderos) crecieron un 15% en 2009. Desde principios de la crisis, en los últimos dos años las fortunas de los latinoamericanos ricos crecieron más que las de cualquier región del mundo. Son 500.000 ricos, según el informe de Capgemini y Merrill Lynch. Medio millón contra 190 millones. Porque en economía y riqueza, ocurre de algún modo como en física. La materia no se crea ni se destruye, sólo se transforma en energía. De modo similar, la riqueza es finita, limitada y, si pocos atesoran mucho, muchos carecen de todo. No es matemáticamente así, pero se acerca mucho.
O sea que hay otras razones para explicar la violencia en América latina, más allá de mitos, tópicos, falacias y medias verdades. Porque pobreza y desigualdad siempre tiene que ver con la muerte y el dolor. O, ¿acaso es casualidad y mala pata que el 64% de los ocho millones de muertes por cáncer en el mundo se den en las regiones de ingresos más bajos, a las que, por cierto, sólo se dedica el 5% del dinero contra el cáncer?
De corazón y mirándonos a los ojos, ¿podría usted vivir con un dólar y cuarto al día?
Xavier Caño Tamayo
Periodista y escritor