Terminada sin progresos en Estambul, la primera ronda de dialogo entre representantes occidentales e iraníes sobre la cuestión nuclear del régimen kohmeinista, nada ha quedado claro y todo se ha diferido a una nueva reunión que se desarrollara en Bagdad el 23 de mayo. Según marchan las negociaciones se puede inferir que la UE y EE.UU. concluyen que una solución pacifica al dossier nuclear iraní es una táctica diseñada para destruir a Israel como estado confesional judío en lugar de buscar la paz en Oriente Medio. Aunque no creo estar de camino a esa opción. Sin embargo, las presiones sobre el PM Netanyahu son demasiado peligrosas para Israel. Washington parece no entender que si Irán avanza en su programa nuclear, no solo constituye un grave riesgo para los israelíes, sino también para los productores de petróleo del Golfo y para Occidente. Tampoco se comprende que las amenazas a EE.UU. y sus aliados árabes envalentonan a los yihadistas regionales, que Irán juega un papel central en la desestabilización de Irak, que encarna el financiamiento de Hezbola y es el abanderado en el boicot a la paz regional. Los árabes lo saben, los israelíes también, pero Bruselas y Washington parecen ignorarlo.
La UE y EE.UU. creen que con un estado palestino establecido en Gaza y Cisjordania, Irán dejará de transferir terroristas a Irak, armas iraníes al Líbano y que pondrá fin a la cooperación con Assad en la represión del pueblo sirio. El presidente Obama cree que impedir a una familia israelí construir su casa en Jerusalén es más importante que detener a Irán en alcanzar la bomba nuclear. La comunidad internacional se niega a aceptar que la paz nunca fue rechazada por Israel y siempre fue descartada por sus enemigos. La historia del siglo XX está plagada de ejemplos y oportunidades abortadas por los árabes, no por los israelíes. Desde los “Tres NO de 1967” en la Declaración de Khartumesa ha sido la posición árabe.
En otras palabras no cabe duda que Washington y Bruselas están perdiendo valioso tiempo si piensan que podrán cambiar la realidad regional negociando con el pasdarán iraní, muy poco se puede esperar de esta iniciativa hasta que las organizaciones terroristas y los regimenes financiadores renuncien al terror. La UE y los EE.UU. deben entender que el máximo que cualquier gobierno Israelí estará dispuesto a ofrecer para la pazes mucho menor que el mínimo de lo que cualquier ayatola de Teherán puede aceptar. Esta es la realidad que Europa y EE.UU. no pueden comprender y que muestra, increíblemente, una posición mortalmente peligrosa para la paz.