A Zapatero y su Gobierno, tras estas dos nefastas legislaturas, el único y glorioso honor que le cabe es el poder presumir de haber dejado el país como unos auténticos zorros. Ello supondrá para sus sucesores la aplicación de ingentes dosis de regeneración moral, política y económica, que exigirá a los españoles un tremendo esfuerzo de buena voluntad, paciencia y duro trabajo.
Un líder como Zapatero, cuando entre sus grandes logros figura colocar a España como indiscutida e indiscutible campeona del paro (21,6% de la población activa desempleada), una economía sumergida record en la UE (23,7%) y un “índice de miseria” (paro+inflación) que supera a Estonia, Eslovaquia y Grecia, podrá aspirar a todo menos a la concesión de medallas y reconocimientos.
Causa asco y repugnancia, por no decir vergÁ¼enza ajena e hilaridad, que un personaje con tal historial político, en su fuero interno y en el de otros aduladores descerebrados de su entorno pretendiesen le fuese otorgado el Premio Nobel de la Paz. Se pueden cometer insensateces pero tal propósito supondría un atentado contra la ética y el más elemental sentido común.
En otro orden de cosas, la maquiavélica maniobra de Rubalcaba (don Alfredo), enviando a Lugo al amortizado presidente para apoyar al más que cuestionado ministro de Fomento, José Blanco, no tiene precio. En opinión de ciertos círculos socialistas y en voz baja por el momento, es como cargarse a dos valiosas piezas en la misma cacería. Conviene recordar que Zapatero continua siendo Secretario General del partido, cargo al que aspira el candidato del PSOE tras el 20-N y de paso, desprestigiar tambien al vicesecretario de dicha formación.
La apertura del sumario del “caso campeón” está próxima y existen serias posibilidades de que Blanco salga bastante mal parado. Ver su cara en TV cuando hace escasísimas declaraciones con referencia al incidente de la gasolinera es un poema. Su palidez y voz temblona presuntamente le delatan.
Cuando un miembro del Gobierno se considera totalmente honesto, bajo ningún concepto admitiría ni toleraría el tremendo acoso mediático del que está siendo objeto. Proclamaría y denunciaría su inocencia a gritos en los cuatro continentes, sometiéndose a cuantas entrevistas y ruedas de prensa le fuesen solicitadas. Todo lo contrario de lo ocurrido con el evasivo proceder de Blanco limitándose a desmentir las acusaciones pero sin aportar argumento alguno. Pretender sacudirse las evidencias es un mal asunto. Su caso está plagado de apabullantes y acusadoras apariencias que irán surgiendo e incrementándose para someterle a un merecido calvario por sus actuaciones anteriores con políticos de la oposición (PP). Cuando en el posible tráfico de influencias se mueven importantes sumas de dinero, todo se complica en progresión geométrica.
Por su parte, Rubalcaba, todavía almacena considerables porciones de veneno que irá administrando e inoculando a medida de sus futuros y ya cada vez más pobres e inútiles propósitos. Con el tiempo se está demostrando que la brillante y supuesta inteligencia del candidato del PSOE es una falacia. Las malas personas pueden pero no deben gobernar.
A modo de advertencia. Tanto Rubalcaba como Blanco deben considerar que en la canana de cierto diario de implantación nacional, quedan aún muchos cartuchos con una carga explosiva demoledora cuya onda puede resultar letal…
Para finalizar, dos recomendaciones para el Sr. Blanco que debería tener muy en cuenta. La primera, referida al vestido, consiste en que un traje a medida (como los que utiliza actualmente) puede ser confeccionado en pocos días para que se adapte a un hombre, pero se necesitan varios años para que ese mismo hombre se acostumbre y aprenda a vestir tales trajes con despreocupación y habitual naturalidad. La segunda consiste en recomendarle la lectura en solitario de una comedia de Bretón de los Herreros, titulada “El pelo de la dehesa”. La obrita trata sobre aquellas personas que pretendiendo aparentar gran educación y buenas maneras, por muy refinados que quieran aparecer, se les nota su origen rústico, tosco y rasgos de aldeanismo, es decir, de cateto solemne. No se ofenda por que con perseverancia y empeño todo se consigue. Vd. Mismo es un ejemplo de superación. Intente mostrarse con más espontaneidad, confianza y franqueza, si bien a estas alturas de la película quizá resulte demasiado tarde y ya no tenga solución. De cualquier manera disfrute del tiempo que le queda de ministro y reconsidere seriamente que eso de llegar a presidente de la Xunta como su paisano Fraga va a resultar harto difícil.