Aprendo mucho de los escritos que me dirigen quienes leen mis artículos, y aunque… lo bueno sigue siendo escaso en este pobre mundo; pero de vez en cuanto se encuentra uno con cosas así y que hacen pensar.
“Yo creo que quien ama a su patria prueba ese amor sólo mediante el sacrificio que por ella está dispuesto a hacer. Un patriotismo que no aspira sino al beneficio personal, no es patriotismo. Tampoco es nacionalismo, el nacionalismo que abarca sólo determinadas clases sociales”.
Como en estos cuatro renglones, su autor hace un feroz análisis de la actualidad que sufrimos y en la que la depredación del Estado, es como esos cuerpos de ballena muerta, que lentamente van devorando los carroñeros del fondo de los mares y que hemos visto en tétricos documentales… pues me hace ello pensar y escribir, aunque ni esa dura reflexión ni lo que yo escriba va a servir para nada, en una enfermedad cancerígena y que ya ha inundado casi todo el cuerpo de metástasis. Pero…?
Es verdad… y de alguna manera todos o casi todos, robamos o hemos robado bienes comunes; bienes de ese Estado que en realidad no tiene nada de propiedad… simplemente que lo que unos aportan y reúnen con su inteligencia y trabajo, los carroñeros se lo llevan como siempre se lo han llevado, puesto que la depredación de bienes públicos o comunes, viene de lejos… desde muy lejos.
Pero siempre los grandes robos los producen los máximos gobernantes, los que llegando al poder, logran la inmunidad y ellos se preocupan que dentro de legalidades hechas a medida, ir robando todos cuantos bienes eran comunes y que mediante esos mecanismos perversos, pasan a manos privadas y ello queda impune, precisamente por cuanto los gobiernos se convierten en tiranías, más o menos solapadas y ante las cuales, los pueblos, los verdaderos generadores y por tanto dueños de esos bienes públicos, quedan totalmente indefensos y además, tienen que soportar a los ladrones y además, seguirles pagando a muchos de ellos… suculentas pagas vitalicias.
A la vista de todo ello, que el pueblo lo entiende y ve con claridad… ¿qué puede hacer ese pueblo?… pues lo que puede en imitación a sus perversos gobernantes, o sea robar todo cuanto puede y además sentir satisfacción por su comportamiento, que en sí es una venganza… “y así se llega al viejo dicho de… entre todos la mataron y ella sola se murió”. Esa es la realidad actual con esa crisis, que no es provocada por otra cosa que por una plaga de ladrones de todo tipo y condición, la que como plaga de langosta mundial… “va a secar todos los terrenos fértiles o útiles para cultivos positivos”.
Por ello desde robar una empresa pública, deshuesándola para que no se note mucho el robo… hasta ese bolígrafo que se lleva (y múltiples cosas más) el empleado oficial. Desde el que roba en forma de no ir a su trabajo mediante los engaños que sean menester, produce cualquier gasto inútil en cualquier empresa, o se atenta de miles de formas diferentes contra una economía que debiera ser común, simplemente… está robando; emplear otras palabras es engañarse uno mismo.
Lo contrario lo sintetizó un gobernante moderno y no hace mucho tiempo… dijo más o menos, pues cito de memoria: “No pregunte lo que el Estado puede hacer por usted… pregúntese… qué puede usted hacer por el Estado”. Lo dijo el Presidente Kennedy antes de ser asesinado en Dallas, casi seguro que por una cuadrilla de grandes ladrones a escala estatal y a los que estaría perjudicando; puesto que esas muertes tienen tras de sí, intereses inconmensurables y que nunca sabremos por motivos lógicos… “los grandes ladrones guardan muy bien sus secretos”.
Y lo triste es que esto va a seguir así… otros cuantos milenios, puesto que la educación y formación del ser humano y desde la teta (o biberón) maternos, hasta la responsabilidad en cualquier trabajo; eso está aún por ser enseñado… en la familia, la escuela y la política… así pues… “a seguir siendo robados y robar lo que se pueda”.
