su libro «Las zonas del carácter». Aquí una muestra de su poesía].
LOS TERRORISTAS
¿Por qué no hablan sobre los verdaderos terroristas?
Los que realmente están en casa, hasta en el doméstico
paraje, bajo el pelo, o el cuero cabelludo,
por qué no sobre ellos, quienes dinamitan
esa cantera proactiva con que el placer se enciende
bellamente y la motivación se enaltece?
¿Por qué dejamos que el placer se secuestre?
Si. Donde el desánimo comienza a urdir su terror
es en medio de las cejas, pero cerebro adentro,
cuando agentes subversivos dilapidan el cúmulo atesorado,
ese fisco sagrado de nuestra dopamina?
De veras que hay que declararles criminales
a quienes subyugan el sistema de placer
que beneficia al hombre. Criminal al que ultraja
a la Santa Dopamina, la tira sobre un colchón
de soterrado sentimiento por lastimar lo gozoso
y vencer así los resfuerzos que el organismo
hilvana para edficar felicidad, posible, su dicha.
¿Quién está en las áreas septales,
laterales interiores como vigía del seso y no protege?
… pues sólo busca el ATV como a una placa rival
grabada en muros, ¿quién hay protector
del núcleo de Accumbens, qué padillero
llama Territorio Querido a la amigdala?
Ninguno. Los sabuesos / dizque guardias /
no protejen el tubérculo olfatorio ni el neocórtex
y eso que se llaman Policías, agencias
de servicio y seguridad doméstica.
No. Al contrario, están papando moscas
y los terroristas en faena: tirando cocaína,
nicotinando, haciendo anfetaminas.
Jodiendo a los estímulos neutrales,
ultrajando la Santa Dopamina.
12-08-2000
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LOS NIñOS DOPAMINALES
Alumnos aprovechados, queridos en mi escuela
en la corteza frontal de la Dicha, son mis niños,
adictos a la cognición, al amor que aprende,
que compadece, que se asombra,
que inventa ríos, o los recanaliza en flujos
de información generosa.
Como manantiales de dopamina
son los niños del futuro.
Estos que no forman desórdenes
a la hora del recreo.
Y me gusta observarlos tan neurocognitivos:
siempre atentos, hábiles por nutrida memoria,
concentrados, resolutivos, llenos
de imaginación y esperanza.
Riachuelos son. No lagunas estancadas
ni pozos con pantanos interiores.
Fluyen cantarinos, felices.
Son la transparencia de la dopamina.
09-09-1986
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LOS EMBRUTECEDORES
«A ruffled mind makes a restless pillow»: Charlotte Bronte (1816-1855)
Es cierto que hay niños malportados,
se van de pinta con embrutecedores.
Dizque van por recompensa,
pero llegan cansados, siempre soñolientos,
abúlicos, atontados, necios, con esa mala leche
de nalgones, patigordos, inatentos.
Y puede que los niños de mi escuela
en la corteza frontal de la Dicha no lo sepan;
pero yo se los digo: «No vayan con esas compañías.
Van a perder la alegría, el humor, la gracia
si lo hacen; no vayan con embrutecedores».
Y se los defino. Doy todas las señas.
«El embrutecedor embrutece al que con ellos
comulga, o colige: el embrutecedor
es quien te quita dopamina».
El que te ofrece polvo blanco y heroína,
esencia de química amapola,
bloquea tus manantiales, quien te inhibe
con vicios, que no necesitas tú, te embrutece,
te quita tu transporte a la alegría.
y, así te roba la riqueza que tienes
en la corteza prefrontal de tu energía.
Te lleva el cerebro al culo,
te deficita, te desordena, te entristece.
09-09-1986
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PARA REINVENTAR LOS ALTARES
Yo pondría en el Altar de la iglesia de mi barrio
no una virgen que llore lágrimas de sangre.
En la Rotonda del Congreso no el cuadro
de un patriota de expedientes siniestros,
sendos militarotes, o esclavistas, o mediocres creadores
de Constituciones que ni pintan justicia ni cesan
las opresiones. Yo cambiaría muchos cuadros
del museo; muchas pancartas y avisos de neón
en medio de las calles o paredes iconográficas
de inmundos y nebulosos mensajes.
Volvería a crear el altar de la Santa Dopamina.
La ilustraría con su manto de catecolamina,
con sus manos en libro que investigue
secretos de su trono glorioso.
en el sistema nervioso, su centralidad orgánica.
Si alguna estampa surgiera que diga
en letra impresa y clara: reina del hipotálamo,
señora neurohormonal de la alegría,
protectora del lóbulo anterior de la hipófisis.
Ella es la Vírgen que no llora,
que no enseña a sufrir y andar de boba
sin hacer algo útil y compensador
a quien la mira.
Ella es la verdadera heroína que quiero
en la Rotunda Congresional,
predicando salud a las generaciones.
Es quien merece memoria de arte en los museos,
notoriedad agradecida y devocional
de quien pase por la calle y mire
a las pancartas.
Ella es la verdedera dueña del corazón
de púrpura y servicio y la verdadera concepción
que no requiere milagros esotéricos,
porque es inocencia productiva, madre santa
de la Dicha, cognción, alerta.
16-10-1986
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ASESORA DE TODOS LOS DISTONICOS
La directora de la escuela en la corteza frontal de la Dicha
no esa Vieja Canuta, inventada por necios de la tele,
no esa gorda cascarrabias, harta de taquicardas,
con una regla en mano, azotando a diestra
y siniestra el mero asomo de sonrisas.
No es esa rígida joven profesional que sabe
mil teorías y ninguna funciona.
Esas son alhacuetas burocráticas,
sabias a la violeta.
Esta no es la escuelita de Jorge ni de viejos payasos.
Aquí las directrices del aprendizaje descúbranlas
adentro de sus almas, o en vías dopaminérgicas.
Esta es la escuela de los «separados»,
santidad es ser electo por la sustancia negra
en el círculo encefálico, donde sólo existe
una regla que no castiga al niño:
evitar distonías, proteger ganglios basales,
proteger el control de movimientos
que dan gozo, que motivan, que alimentan
el amor por el aprendizaje.
¿Y saben, niños de la corteza frontal de la Dicha?
Eso se aprende y se enseña, pero no lo esperen
de aquella vieja gorda, de aquella engreída
sabiihonda, burocrática y rígido.
Sepárense voluntariamente para la esperanza:
la nueva pedagogía.
16-10-1986
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DE LA AMISTAD
«If we would build on a sure foundation in friendship, we must love friends for their sake rather than for our own»: Charlotte Bronte (1816-1855)
No quiero nada para mí.
Evita darme promesas y juramentos.
Lo mejor de mi generosidad es no querer
las reciprocidades, afinar mi distancia
o cercanía hasta que tenga algo que ofrecerte.
No me ofrezcas nada para que yo sea tu amigo.
Me siento amigo únicamente cuando doy
y realmente necesitas; lo demás
son puramente palabras.
Mi amistad son silencio y renuncia;
yo no te comprometo
(y no te comprometas que no te pido nada).
Si quieres todas mis almendras frente
al riachuelo de la serotonina, tómalas.
Tengo muchas. Llévetelas.
Hoy ninguna me hace falta.
Tampoco voy a buscarte
como el vampiro que necesita sangre,
clavar en tí colmillos, vestido de misericordia
con piel de oveja y chantaje. No invoco así.
Yo tengo el río y el guayabal, una senda
hacia los almendrales, interno en mi cerebro.
Hay que ser amigo cuando hay algo que dar.
Doy rica soledad, consuelo con silencio,
regalo almendras. Soy una cera dulce por tonada.
Mas cuando me necesites el menos miserable seré.
Te daría todo lo que tengo, sin regateo,
sin nada a cambio, todas / todas mis almedras.
Doy sólo cuando puedo dar.
Eso compréndelo, te soy sincero.
No quiero nada para mí y es el único modo
en que me pruebo amigo, el día que lo mejor
que es mío es también tuyo y no espero
ni las gracias.
04-07-1986
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LOS SERES AMIGDALíNEOS
«The amygdala, a structure within the limbic system, is where researchers believe the main seat of aggression is… Hormones play another significant role in the biological causes of aggression. The most well known is, of course, testosterone»: Jen Taylor
¿Con maña o germen de poder destitituyente
podrán los invasores robarse las almendras?
¿A qué semilla maldicen que la dejan
por testae / por testos / en el texto
de la testosterona?
¿Por qué Toño es el cereto que en vez
de liderago conduce el más alto porcentaje
de la roña, por qué el broncudo Toño
los maldice, los golpea, si estos niños
son dulces, amables pacifistas?
… y dicen que es porque es pobre
y vive en arrabales de emociones.
Nadie lo educa ni lo centra, ninguno
le conversa debajo del almendro,
más son los que le dicen amígdala pudrida,
guataba serotónica del asco
porque pepas tiene dentro, malas semillas
su color de piel, su estampa en el harapo,
su lenguaje deciente, su burda socialidad
de desconcierto, su hostil visualidad
que nace tan adentro?
¡Cómo lo ningunea el poder destituyente,
como lo enseña a robar lo que a él mismo
se le quita cuando aras va
de mínimas compensaciones!
por eso lo sé disminuído,
bajo en lo bajo de la serotonina;
por eso él se aúpa, alto en lo alto
de las siniestra competencias de la agresión
y las hostilidades. «¿Quién pudiera ir conmigo
hacia el árbol del almendro y ayudarme
a bajar las altas frutas?»; porque dispuesto
estoy a cacharlas abajo, a meterlas
en la cesta de Mí Mismo?
11-07-1986 / De «Las zonas del carácter» / de CARLOS LOPEZ DZUR / libro COMPLETO EN LA INTERNET