No es lo mismo, pero es igual, el año nuevo, que el año que se va, adiós 2010, hola 2011, tiempos que se fueron, tiempos que vendrán, esperanzas que se esfumaron, esperanzas por cumplir, sueños en el tintero, sueños por descubrir, todos al amparo, al amparo de la soledad desesperada de una noche infinita regada de champán y uvas, absurda tradición que todos hemos hecho nuestra.
No es lo mismo, pero es igual, 2010 supuso la felicidad plena de los amantes del fútbol, y la añoranza absoluta de los excesos que cometimos, sacrificios que se nos vienen encima, sin comerlo ni beberlo, pero sí tras merecerlo, nos creímos lo que nunca fuimos y ahora pagamos los pecados, austeridad implícita en nuestro consumo que debiéramos implementar a nuestra moral, frívola y vacía.
No es lo mismo, pero es igual, las gentes se echan a la calle como si no hubiera un mañana, todo vale, nada se guarda, la resaca ya vendrá, fingimos felicidad cuando ocultamos soledad, en compañía, la más amarga, la más cruel, la soledad del que no está solo, con tilde o sin tilde, que uno ya no sabe a lo que atenerse, fabulaciones del hastío, en lugar de priorizar importantes errores lingÁ¼ísticos como llamar hindú a un indio.
No es lo mismo, pero es igual, brindo contigo amigo lector, sin falacias abstemias, por un nuevo año que comienza, un nuevo año de libertad de pensamiento y en el que seguiremos a tu lado, si tú quieres, como último bastión real de la libertad absoluta, sin presiones empresariales de por medio.
No es lo mismo, pero es igual, y por ello me repito y te deseo un muy Feliz Año Nuevo.