El libro 11-M Cartas al director contiene una carta de fecha 15 de agosto de 2006, titulada Los Líquidos que dice lo siguiente: El desmantelamiento por parte de Scotland Yard de una red que planeaba hacer estallar aviones en vuelo, al parecer con explosivos líquidos, ha sorprendido a Zaplana preguntándole al Gobierno –una de las cientos de preguntas que el PP tiene en cartera– sobre la composición de los explosivos del 11-M. La furgoneta Kangoo, los confidentes, la mochila, el reloj Casio, la tarjeta de Mondragón, los móviles, los explosivos, el coche Skoda Fabia… Todo se ha ido al garete. ¡Cuántos ríos de tinta vertidos por el PP en estos ya más de dos años después del 11-M para tratar de inculcarnos que no fueron terroristas islámicos los autores intelectuales y materiales de los asesinatos! ¡Cuánto esfuerzo para nada! ¡Cuánto tiempo perdido! Con la cantidad de analistas y voceros que asisten al PP en su intento de rescribir la historia del 11-M, ¿cómo no pensó antes en los líquidos? Al PP no le queda otra que pedir ya, sin más dilación, la anulación del sumario; empezar la investigación de nuevo por los líquidos. En ellos puede que esté la clave de lo que andan buscando enloquecidamente. Si consiguen demostrar que los “moritos de Lavapiés” se lavaban con agua de rosas, quedaría probada la complicidad del PSOE con los terroristas. Si encuentran restos de vino txacolí en la mochila, resultaría evidente la implicación de ETA en los atentados. Descubiertas botellas de sidra, se podría tirar del hilo hasta llegar a la trama asturiana. De hallarse restos de licor de manzana…, ¿he dichomanzana?, ¡manzano!, ¡los explosivos! Yo no sé que pensará el PP de todo esto. A mí me parece claro, muy claro; un líquido claro.
Nota posterior a la carta
Curiosamente unos cuantos meses más tarde “los teóricos de la conspiración” destaparían “el tarro de las esencias” del ácido bórico. Duró hasta que se evaporó.
Sí, el 15 de agosto de 2006 yo ya estaba hablando de Manzano porque veía venir la burda estrategia de bulo de la conspiración. Sí, Manzano, el ex comisario jefe de los Tedax Juan Jesús Sánchez Manzano, ese oscuro objeto del deseo de la conspiranoia del 11-M que ha servido para que el periódico El Mundo vierta ríos de tinta tratando de inculparle a él para salvar las cabezas de sus auténticos jefes, Acebes y Aznar, los verdaderos responsables del desaguisado político antes y después del 11-M. Manzano, subterfugio del periódico El Mundo para hacer grandes portadas y epístolas con las que manipular el 11-M. Manzano, el Pim pam pum de la conspiración político-mediática organizada el mismo once de marzo de dos mil cuatro por El Mundo, la Cope, Telemadrid, el PP y otros políticos y medios de comunicación afines para mirar hacia otro lado y desentenderse de sus responsabilidades anteriores y posteriores al 11-M.
Lo que ha pasado sencillamente es que La Sección Decimoséptima de la Audiencia de Madrid ha acordado el sobreseimiento libre de la causa abierta en el Juzgado de Instrucción número 43 de Madrid contra el ex comisario jefe de los Tedax Juan Jesús Sánchez Manzano y una perito de su unidad por posibles irregularidades en la recogida y custodia de muestras del 11-M.
«Bofetada de la Audiencia de Madrid a las víctimas del 11-M» es el titular de El Mundo de fecha 11.02.2012. Mentira. Mentira compulsiva. El Mundo miente por enésima vez. Yo soy víctima –en realidad yo no soy víctima, fue mi hijo quien fue asesinado– y no he recibido ninguna bofetada, ninguna. Quien se ha llevado la bofetada ha sido El Mundo y su dirección. Bofetada en pleno rostro. Y ni es la primera ni será la última.
Lo triste de todo este asunto es que a la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M y a la AVT, presididas por Ángeles Domínguez y Ángeles Pedraza respectivamente, arrastradas por las teorías de la conspiración, también les están alcanzando los daños colaterales. La AVT, asociación por excelencia de las víctimas del terrorismo de ETA, descolada y desorientada tal vez por el anuncio del cese de la violencia terrorista etarra, quizá no sepa qué hacer ahora ante esta nueva situación, cómo gestionar el nuevo tiempo y, desvirtuando su razón de ser, caiga en la tentación de querer pescar en el caladero del 11-M para garantizar su continuidad. Craso error que, de proseguir en él, le llevará al desprestigio moral y al descrédito social.