Una constructora pretende destruir uno de los más bellos y escasos edificios representativos del Patrimonio Industrial de Zaragoza, el de la antigua fábrica y fundición Averly, y convertir sus cenizas en 200 pisos…
¿Es esta es la muestra de nuestro nivel cultural? ¿qué tienen en la cabeza quienes sólo piensan en enriquecerse mediante el agotado sistema de la especulación urbanística?
No basta con conservar cuatro paredes, una fachada, y luego llenarlo todo de pisos…