Artículo Publicado en Consumer.es
¿Crisis de pareja o final de la relación?
Por JOSÁ‰ ANDRÁ‰S RODRÁGUEZ
Razones de peso, en apariencia, como mantener la relación por los hijos, la dependencia emocional o el miedo a la soledad no deberían ser suficientes para mantener una relación de pareja
La mayoría de las parejas atraviesan varias crisis a lo largo de la relación. Las personas cambian con el tiempo, así como sus necesidades, sus deseos y sus sentimientos. Cuando se está en crisis, la angustia, la confusión y los afectos contradictorios pueden ser muy intensos. Y no es sencillo decidir si hay que poner punto y final a la relación. Ante este dilema, un terapeuta puede ayudar a superar una crisis.
En el año 2010 se registró en España una ruptura matrimonial cada cuatro minutos. Y, según datos del Instituto de Política Familiar, el 40% de las rupturas fueron conflictivas. No obstante, es normal que las parejas que llevan bastantes años juntas pasen por crisis, explica Helena Trujillo, psicoanalista de la Escuela de Psicoanálisis y Poesía Grupo Cero. El problema está en que muchas no saben decidir si vale la pena luchar por superar el trance o es mejor finalizar la relación.
Por qué las parejas entran en crisis
Los motivos más habituales de las crisis son, según Arantxa Coca, terapeuta de pareja, «la incompatibilidad de caracteres y los problemas sexuales». Cuando los miembros de la pareja no se entienden, cuando no consiguen crear en su relación un espacio común satisfactorio, son normales las fricciones. En cuanto a los problemas sexuales, «la crisis no viene tanto por la falta de sexo, sino por las consecuencias de la falta de sexo».
Cuando uno de los componentes de la pareja siente un deseo que no es correspondido, puede desarrollarse en él cierto resentimiento o rabia. Y estos pueden contaminar la relación hasta un punto sin retorno. Como señala Trujillo, en ocasiones, ocurre que cuando una mujer acaba de ser madre pone casi todo su cariño y atención en el hijo. «Si además las relaciones sexuales disminuyen, muchas veces el hombre busca fuera de la relación lo que no encuentra en ella».
Otra de las causas más frecuentes de una crisis es la infidelidad. Por eso, «la fidelidad no debe ser algo que uno se impone. Debe ser un deseo», considera la psicoanalista, para quien «es normal que, a lo largo de los años, se sientan deseos hacia otras personas». Por último, un motivo más de crisis son los problemas de comunicación. Muchas personas no saben comunicarse ni con su compañero, ni con sus hijos, ni con sus amigos. Y una pareja es una relación muy estrecha e íntima. «Si no se guardan las formas, si no se tiene en cuenta al otro al comunicarse, es lógico que surja la crispación», explica Trujillo.
Seguir o separarse
No siempre es sencillo distinguir entre el amor u otros sentimientos como la compasión, el cariño o la amistad
Cuando una pareja está en crisis, el sufrimiento emocional puede ser muy intenso. Cuesta pensar con claridad. Cuesta discernir hasta qué punto vale la pena continuar o no. En ocasiones, una relación que parecía idónea empieza a hacer aguas. Los miembros han cambiado con el paso del tiempo y sus intereses y deseos no parecen ir por el mismo camino.
Es difícil generalizar sobre cuándo hay que poner punto y final a una pareja pero, como señala Coca, «cuando la otra persona deja de ser un aliado en tu vida para convertirse en alguien que no te deja desarrollar, hay que plantearse de manera muy seria la ruptura». Como es lógico, el principal motivo para romper es el fin del amor. Pero no siempre es sencillo distinguir entre el amor u otros sentimientos, como la compasión hacia la otra persona, el cariño o la amistad.
«Por ello es importante saber si hay deseo sexual o no. Si hay deseo sexual, seguramente queda algo, como mínimo, de amor», asegura la terapeuta de pareja. Hay que diferenciar entre las uniones de jóvenes, «ya que los veinteañeros suelen aguantar menos y se separan con más facilidad», y aquellas de más de 35 o 40 años, «que aguantan más y sopesan con paciencia los pros y los contras de una ruptura».
¿Qué une a las parejas?
No siempre el amor une a una pareja. Para saber si hay que separarse, vale la pena tener claro los motivos que no deberían servir para mantener la relación. «A veces son los hijos, el miedo a la soledad, la dependencia emocional, el miedo al qué dirán si se rompe la relación», añade Trujillo. Desde que la crisis económica se inició, cobra cada vez más fuerza otro motivo: la dependencia económica. «Hay algún caso de parejas que no se separan porque no pueden vender el piso y terminan por compartir la casa», explica Arantxa Coca.
Cómo sobrellevar una crisis
Una de las actitudes que favorecen a la pareja cuando están en una crisis es la humildad. «Humildad para que cada uno trabaje la parte de su personalidad que no ayuda a que la relación funcione», señala Arantxa Coca. Es fundamental el bagaje personal que tenga cada miembro. Ayudará mucho que ambos se sientan satisfechos en otros ámbitos de su vida, como el profesional. «Gozar de salud psíquica será fundamental para superar una crisis», explica Helena Trujillo, «así como hacerse responsable de la parte de la crisis que a uno le toca».
Tras la ruptura
Pero, en ocasiones, nada puede ayudar a salvar una relación. Muchas personas viven el final de una pareja como un fracaso. «Pero no tiene que ser así. Muchas relaciones cumplen su ciclo y lo mejor para todos es que cada uno siga su camino. No tiene sentido mantener una relación que no satisface, por los años pasados o por los hijos», considera la psicoanalista. El final de una relación no quiere decir que acabe la vida o que uno no podrá ser feliz de nuevo.
Tras una ruptura, los expertos aconsejan no obsesionarse con los motivos que llevaron a ella. Es necesario darse un tiempo para aceptar la nueva situación, pero hay que tener muy claro que la vida continúa. Una ruptura de pareja puede ser la oportunidad para iniciar una nueva vida o para mejorar aspectos de uno mismo. Como señala Helena Trujillo, «para muchas personas puede ser la oportunidad para aprender a estar solos. Hay que interiorizar que estar soltero no debe ser sinónimo de estar solo».
LA AYUDA DE UN TERAPEUTA DE PAREJA
Los terapeutas ayudan a las parejas que no se ven capaces de resolver los conflictos que afectan a su relación. Es aconsejable no acudir a terapia cuando es demasiado tarde. «Muchos acuden cuando llevan años en crisis. Y si una pareja está enquistada en una crisis, puede ser muy difícil salir de ella», señala Arantxa Coca. Un terapeuta nunca tomará partido por ninguno de los componentes. Su trabajo consistirá en que las dos personas consigan dialogar y entiendan qué sucede en la relación. Intentará que descubran cuáles son sus deseos y si realmente quieren continuar o no con su unión.