Seguimos recibiendo consultas, esta es una de ellas que traigo aquí porque me parece una reflexión muy común, y su respuesta puede ser útil a muchas personas.
La consulta:
“Soy bióloga y tengo 27 años, enfocada como está mi carrera hacia lo biológico, siempre tuve cierto interés en investigar los aspectos más psicológicos de lo humano, ya que me parecía demasiado simplista considerar al hombre como un cúmulo de reacciones bioquímicas o altibajos hormonales. Por ese afán de investigar, creo que las pocas crisis que he pasado, han sido más leves, ya que en vez de preocuparme por el hecho en sí, me dedicaba a observar lo que me pasaba a mí y a los demás emocionalmente, cómo reaccionábamos a los hechos difíciles que iban aconteciendo en nuestras vidas. Pero ahora me gustaría saber, quiero indagar, entender ciertos comportamientos míos cíclicos, irracionales y quizás, hasta transformarlos ¿Cuándo es recomendable iniciar un psicoanálisis? ¿Hay alguna contraindicación? Yo realmente, no tengo grandes traumas, pero sí muchas curiosidades por resolver. Además, como observadora que soy, me llama la atención que lleve más de un año pensándolo y no haya dado el paso, lo que me hace pensar que hay algo que me frena ¿qué puede ser? Espero su respuesta, gracias.”
La respuesta:
Esto que te pasa no es extraño. Tanto en ti cómo en otras tantas personas que están pensando en analizarse y no dan el paso, suele haber un motivo inconsciente, diferente en cada caso. A veces uno se pregunta ¿lo necesito? Hay varias posibles respuestas a esta pregunta. Hay veces que la necesidad es acuciante, que la vida se va cercenando poco a poco, y primero no escribo, porque no tengo ganas, después como apenas nada, me dejan de gustar las cosas que antes me gustaban, o hace meses que no hago el amor con mi mujer, o todas las noches me despierto bruscamente empadada en un sudor helado, o no puedo tener orgasmos, o tengo miedo de todo…o. Los humanos tenemos una capacidad de generar mecanismos de adaptación a la enfermedad tan enorme que lo que nos resultaría totalmente patológico en otras personas, no nos lo parece en nosotros mismos. Nos hemos acostumbrado al síntoma. Pero en el fondo, sabemos que algo nos pasa. No nos engañemos, hay que consultar.
Otra respuesta posible sería: si lo he pensado, si he pensado en algún momento: ¿Y si me psicoanalizara?, es que lo deseo. Desde Marx sabemos que el hombre tiene necesidades materiales, pero también tiene necesidades en el orden de la fantasía. Nadie duda que un niño necesita jugar, y sin embargo, no es una necesidad en el orden en que la solemos entender. Para psicoanalizarse, no es necesario estar enfermo, y basta con desearlo, es mejor no llegar a contraer una enfermedad para necesitarlo.
Excusas comunes son: «No tengo tiempo». El psicoanálisis es una máquina productora de deseo, al despojar al paciente del síntoma, le deja toda esa energía libre a su disposición para enfrentar la vida cotidiana. Producir deseo es producir un nuevo tiempo.
«Es muy caro», Freud ya decía que lo más caro es la enfermedad y la tontería.
«Es muy largo», en general, quien dice eso es porque desearía permanecer en análisis largo tiempo una vez iniciado. En realidad, la mejoría se nota desde las primeras sesiones, y lo que si es de verdad largo es padecer una enfermedad psíquica, que si no me psicoanalizo, será en ocasiones para toda la vida, como los matrimonios feudales.
«Yo no estoy loco» ¿y quien le preguntó? si usted dice: no estoy loco, es que algo raro se siente, y además no hace falta estar loco para psicoanalizarse. ¿Quizás teme que los demás piensen que está loco porque se psicoanaliza? A veces «el que dirán» maneja más nuestra vida que nuestro propio deseo. Ese sólo sería ya un motivo de consulta.
«Prefiero no hablar de las cosas terribles que me pasan». Pues por eso le pasan, porque las reprime, porque no quiere hablar de ellas donde corresponde, ante la escucha especializada de un psicoanalista.
En resumidas cuentas: el momento de consultar a un psicoanalista es el momento en que pienso que me gustaría, que tengo curiosidad por ello, que lo necesito, que lo deseo. Y no hay contraindicaciones para psicoanalizarse. Puede hacerlo todo el que lo desee o lo necesite.