Sociopolítica

20 de Diciembre de 1989: La Invasión U.S.A. a Panamá

U.S. Marine en Ciudad de Panamá

 

Granma, La Habana, Cuba, 11 de Enero de 2006.

Enlace: http://www.granma.cu/espanol/2006/enero/mier11/invasion-apartado-e.html

 

Belisario Rodríguez Garibaldo

Jurista, Periodista, Sociólogo, Analista Político, Profesor y Escritor

E-mail: brodgari@hotmail.com

Web: http://www.pa/secciones/escritores/rodriguez_belisario.html

Al cumplirse un nuevo aniversario de la cruenta invasión, vale la pena rememorar dicho acontecimiento en ejercicio de la memoria histórica, de forma tal que los hechos que la causaron y las circunstancias vividas no se vuelvan a repetir nunca jamás; recordemos, pues los pueblos que olvidan su historia, están condenados a repetirla.

Pasada la medianoche del 20 de diciembre de 1989, el ejército norteamericano, de la potencia militar, económica y política más poderosa del planeta, invadía un país pequeño de dos millones de personas, con la excusa de derrocar a un dictador. Desde ese momento la Ciudad de Panamá se transformó en un campo de batalla. Panamá se convirtió en campo de prueba de tecnología bélica avanzada, que EE.UU. utilizaría en la Guerra del Golfo Pérsico. Aviones Cazas F-117 A, Aviones bombarderos C-130 y B-52, Aviones bombarderos Sealth Bomber que son invisibles al radar, Aviones Cazas Bombarderos de proyectil láser que calcinan lo que dispara, Helicópteros Apaches, Helicópteros Cobra, Vehículos Hummer, Tanques y vehículos de artillería, además de todo el Comando Sur norteamericano y el pie de fuerza acantonado en las bases militares de la Zona del Canal, lo que sumaron en total un alrededor de 25 mil unidades. El Bombardeo sobre la Ciudad de Panamá fue impresionante, tomando en cuenta que Panamá no tenía una importante Fuerza Aérea, ni radares, ni defensa anti – aérea, pero dicho bombardeo tenía como objetivo ablandar las posiciones del ejercito panameño. Según el Instituto de Geociencias de la Universidad de Panamá, en el área metropolitana se dieron un total de 417 explosiones de alto poder destructivo en las primeras 14 horas del día 20 de diciembre de 1989. Muy especialmente los norteamericanos se ensañaron con el Barrio El Chorrillo, en el cual viven alrededor de 25 mil personas, y donde estaba ubicado el Cuartel Central de las Fuerzas de Defensa Panameña, siendo el barrio totalmente bombardeado y quemado casi en su totalidad. Los mismos soldados norteamericanos le llamaron a El Chorrillo, “Little Hiroshima”, y para Panamá sería el Barrio Mártir de El Chorrillo.

También hubo bombardeos y combates en zonas donde habían cuarteles militares panameños y que colindan con zonas civiles barriales, tal como en las áreas de Tinajita, Panamá Viejo, Tocumen, San Miguelito, Vía Transístmica, Aeropuerto de Paitilla, Fuerte Amador, Balboa, Río Hato (Coclé), Chilibre (cercanías de Panamá), Cristóbal y Coco Solo (Colón). Vale aclarar que producto de la confusión por la invasión, y por el estado de inseguridad que había en las calles, producto a su vez por que los organismos de seguridad panameños estaban siendo diezmados, se produjo por parte de la población un saqueo generalizado de comercios, supermercados y almacenes desde el día 21 de diciembre de 1989, causando pérdidas económicas al sector por el valor de miles de millones de dólares. Pero así como hubo actos de pillaje, tal vez producidos por la desesperación, también hubo muestras de valentía sin precedentes por parte de los militares panameños que resistían al ejército invasor, haciéndoles difícil la ocupación del país, y a los cuales habría que hacerles el patriótico homenaje que merecen.

Isabel Corro era dirigente del Comité Nacional de Familiares de Víctimas y Caídos por la Invasión Norteamericana del 20 de diciembre de 1989. Este Comité realizó durante cada año, para conmemorar el aniversario de la invasión, la famosa Marcha Negra, que concentraba hasta 100 mil personas cada año, y que fue un pilar en la resistencia social y popular contra el gobierno pos invasión. Así mismo este Comité recababa información, listados y testimonios, así como exigía exhumaciones de fosas comunes y demandaba indemnización al gobierno norteamericano. Isabel Corro dice lo siguiente en una conferencia en la Universidad de Panamá: “…Además hubo cadáveres con ropas civiles, ancianos, mujeres, niños. Calculo en alrededor de 4 mil los muertos panameños durante la invasión”. Pero el nuevo régimen del presidente Endara (quien tomó posesión como presidente electo en una base militar norteamericana) tuvo que soportar presiones, sobre todo de los movimientos populares y sociales, de estudiantes, de sindicatos, de empleados públicos, del Comité de Familiares de los Caídos en la Invasión (Marcha Negra), de la nueva Policía Nacional que intentó darle un Golpe de Estado en 1990 (en medio de oleadas de protestas sociales), y de la oposición política, minoritaria en el parlamento, pero contestataria, del Partido Revolucionario Democrático (PRD), quien logro reorganizarse en medio de la persecución, para ganar las Elecciones de 1994, iniciándose así un nuevo periodo de estabilidad democrática y libre alternancia del poder, sin descartar los múltiples problemas sociales que quedan por resolver a la nación panameña.

Sobre el Autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.