Cultura

Aliento, de Kim Ki-Duk

Takeshi Kitano nos enseñó la importancia de los silencios, y su perfecta compenetración con valores tan denostados artísticamente como la violencia y el sexo. Nos mostró un cine genial, original, repleto de valores, y ausente de moralinas que no han dudado en copiar decenas de cineastas ávidos de éxito.

El mejor ejemplo de estos seguidores del cine de Kitano es el surcoreano Kim Ki-Duk que nos sorprendió con la excelente ‘Time’, donde se dejó llevar por la inconsciencia del director novel para enseñarnos un cine atrevido y en mayúsculas.

Este fin de semana nos llega ‘Aliento’, su última película, la cuál me deja como un mal amante deja a su amada, totalmente insatisfecho y con ganas de algo más. Al salir de la proyección y llegar a casa no pude por menos que recuperar los fotogramas de ‘Sonatine’ (la mejor película de Kitano), para poder llegar al culmen estilístico.

Amor, desamor, amistad y suicidio, son las claves de esta película aunque son tratados de manera puramente tangencial. No me creo el desamor, no me creo la amistad, y no me creo las razones de los intentos de suicidio.

Parece una película hecha con desidia, con falta de entusiasmo, y eso es preocupante para alguien que no lleva demasiado tiempo en su profesión.

En definitiva, una película absolutamente prescindible. Mucho me temo que este domingo no se librará de ir a ver a la suegra.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.