Economía

El empleo en España (II)

Un hecho evidente de la economía española es que los salarios de los trabajadores son excesivamente bajos. El salario medio, más allá de datos estadísticos que incluyen los sueldos de los grandes ejecutivos, ronda los 1.000 euros, cifra a todas luces insuficiente para mantener un nivel de vida aceptable.

Evidentemente, hay muchos factores que afectan a la formación de los salarios, y sería utópico plantearse su tratamiento en un artículo para un medio de comunicación generalista, sin embargo, sí que se pueden analizar algunas variables reales importantes:

1. Productividad

Aunque este concepto ya ha sido tratado en la primera parte de este artículo, sí que cabe mencionar las decepcionantes cifras de productividad española, que nos colocan a la cola de los principales países occidentales.

Esta baja productividad genera un descenso evidente en los beneficios de las empresas, así como un incremento en el número de trabajadores necesarios para ejecutar la producción diaria. Repercutiendo, ambos hechos, en un mantenimiento a la baja de los salarios.

2. Rigidez de la demanda de empleo

Si llamamos demanda de empleo a la que realizan las personas que buscan trabajo, nos encontramos con que ésta es excesivamente rígida. Los trabajadores españoles buscan la estabilidad laboral por encima de todas las cosas, y carecen de la movilidad geográfica necesaria en el mundo globalizado de hoy en día.

De esta forma una vez que entran en una empresa y reciben un contrato indefinido, las probabilidades de que opten por abandonar dicho empleo son muy remotas, y éso la empresa lo sabe, por lo que no tiene que realizar ningún esfuerzo, en términos de incremento salarial, para retener a sus trabajadores.

3. Rigidez de los convenios laborales

Los convenios laborales que coordinan las relaciones laborales entre las empresas y sus empleados llevan a la igualación de los salarios percibidos por todas aquellas personas que realizan la misma función.

Sin embargo, no contemplan el hecho de que la misma función puede desempeñarse con niveles de eficiencia muy diferentes, con lo que es de naturaleza injusta que todos los trabajadores perciban el mismo salario.

Bien es cierto que la empresa podría asumir, en términos salariales, esa mayor eficiencia de determinados trabajadores, pero corre el riesgo de abrir una vía de negociación para posteriores convenios colectivos, por lo que prefiere mantenerla cerrada.

De esta forma, las empresas españolas se aferran a los convenios colectivos y no utilizan el concepto de Salario de Eficiencia (en pocas palabras, pagar más al más eficiente, o al que más genera para la empresa), salvo en muy contadas y honrosas excepciones.

(Continuará)

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.