Cultura

Los sueños, sueños son

Antes soñaba con un futuro mejor, ahora sólo con un mañana aceptable, antes me imaginaba un mundo feliz, ahora sólo uno en el que se pueda vivir, antes luchaba contra las injusticias sociales, ahora simplemente las observo y sufro con indiferencia culpable.

Porque antes era inocente, o tenía conciencia, y ahora ésta se esfumó, desapareció tras la primera nómina que me convirtió en esclavo alienado, un esclavo sin tiempo, un tiempo que ya no me pertenecía porque lo había cedido por unas migajas de pan.

Y el alma me duele, porque ella se mantiene pura y me observa acusadora, comprueba como mis principios desaparecen por el río de la realidad que me golpea un día sí y otro también sin solución de continuidad y sin posibilidad de cambio.

O sin deseo de cambio, que es peor, porque siempre existe una vía de escape de la realidad, una puerta de atrás que no nos atrevemos a abrir por miedo a que suene la alarma de incendios.

Pero hoy decido quemarme, que suene la alarma todo lo que quiera, me escapo de la realidad para no volver, para buscar un lugar mejor, no en el paraíso, sino en la tierra, un lugar en el que la felicidad no sea una quimera sino una realidad.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.