Cultura

Berlín y sus teatros (VI): Theater am Kurfürstendamm

Historia del Teatro en el Kurfürstendamm y del Teatro de la Comedia

En 1885, sobre el terreno del actual Theater am Kurfürstendamm se encontraba un jardín tipo parque con un palacete de la nobleza llamada “Villa Hirschwald“. Algunos rudimentos de aquel paisaje se palacetes y jardines se pueden ver aún en la cercana Fasanenstraße (Calle de los Faisanes) y en la Lietzenburger Straße (Calle de Lietzemburgo). En 1888 se construyó en el estilo del Renacimiento sobre el solar vecino (hoy por detrás del Teatro de la Comedia) el lujoso palacete tipo palacio “Villa Raussendorf“. Ésta continuó como ruina y bajo el nombre de “Heilmannsche Villa“ hasta finales de los años de 1920.

En 1904/05 se procedió al derribo de la “Villa Hirschwald” al urbanizarse la avenida Kurfürstendamm. En la parte delantera del parque se construyó un edificio de exposiciones para la Federación Alemana de Artistas. Más tarde se alojó en él la “Berliner Sezession“ (Secesión de Berlín). El arquitecto fue el director de urbanismo de Berlín Bruno Jautschus. En 1906 tuvo lugar la primera representación de teatro en la gran sala del edificio de exposiciones. En el mismo año se construyeron detrás el actual Teatro en el Kurfürstendamm un pequeño hipódromo y una Sala de Tatter. Hasta los años de 1970 esta sala aún servía de taller y almacén de vestidos y decorados del teatro. En 1907/08 se transformó la sala del Edificio de la Secesión en un teatro permanente. En 1908, Hugo von Raussendorf dejó su palacete como legado a la ciudad de Charlottemburgo (actualmente un distrito de Berlín). En 1913 se instaló en este lugar un teatro de cinematógrafo. En 1921/22, Oskar Kaufmann, el famoso arquitecto de teatros, transformó la sala por vez primera en un auténtico teatro. Es el nacimiento del Teatro del Kurfürstendamm. Su primer director fue Eugen Robert, la representación inaugural fue “Ingeborg“ de Kurt Götz (más tarde firmaría como Curt Goetz). Él mismo hacía de actor. Junto a él en el escenario estuvo la famosa Adele Sandrock. En 1922 se levantó en el solar vecino del actual Teatro de la Comedia un edificio de oficinas. Se trataba de un bonito edificio modernista que después de la guerra pudo ser salvado parcialmente. El arquitecto fue también Oskar Kaufmann. En 1924, Max Reinhardt encargó la construcción del Teatro de la Comedia en el patio del edificio. Se trata de un teatro de bulevar elegante e íntimo siguiendo el ejemplo del Teatro del Palacio (Schlosstheater) – un teatro de palcos. Por supuesto, el arquitecto también fue Oskar Kaufmann, y la representación inaugural fue „Diener zweier Herren“ (Sirviente de dos Señores) de Carlo Goldoni. El Canciller Imperial Wilhelm Marx y el Ministro de Asuntos Exteriores Gustav Stresemann se encontraban entre los invitados más distinguidos del estreno.

Durante los años siguientes tuvieron mucho éxito estas revistas atrevidas tan típicas para el descarado Berlín de entonces. Por supuesto también había representaciones nocturnas entre las 23 y las 2 horas.
En 1927, se hizo cargo del Teatro en el Kurfürstendamm Ferdinand Bruckner (su nombre real era Theodor Tagger), el autor de “Isabel de Inglaterra“, “Los Delincuentes” y “Enfermedad de la Juventud“. Sobre todo se dedica a presentar revistas, entre otras las de Friedrich Holländer. Holländer tuvo aquí gran éxito con “Entre nosotros, alrededor de la Iglesia Memorial“, con Willi Schäffers y Hubert von Meyerinck.

En 1928 se hace cargo del teatro Max Reinhardt y encarga al arquitecto Oskar Kaufmann su reforma y en parte su nueva construcción. El resultado fue el teatro tal y como lo podemos contemplar hoy – al menos sus muros. Lamentablemente, la decoración interior se perdió en 1943 a causa de los incendios de la guerra. En 1932, Max Reinhardt se retiró de la dirección. El nuevo director se llamaba Leonhard Penkert. En 1933/34 cambian los directores seis veces durante una misma temporada. Agnes Straub asume la dirección del Theater am Kurfürstendamm y cambia su nombre en Teatro Agnes Straub. En 1935 asume la dirección de las dos salas el joven director técnico y artístico de ópera Hans Wölffer, que anteriormente perdió el empleo al quebrar la dirección del teatro privado Rotter. El mayor de los dos teatros pasó a llamarse nuevamente Theater am Kurfürstendamm. Reiteradamente tuvo problemas con el régimen dictatorial. Aún así, los teatros tenían gran éxito. La receta: EN sus salas actuaban artistas muy queridos que tenían prohibido actuar en las salas estatales. Incluso después, cuando ya no podía ser, el público mantuvo la fidelidad a los dos teatros hasta muy avanzada la guerra.

En 1942 las dos salas fueron nacionalizadas por el Ministerio de Propaganda nacionalsocialista. Los nuevos directores generales fueron Franz Stoß (más tarde director del Teatro de Josefstadt en Viena) y Victor de Kowa. Los teatros recibieron la denominación de “Teatros Berlineses de Artistas” (Berliner Künstlerbühnen).

En 1943 ambas casas sufrieron daños por las bombas. Por la caída de un avión se incendiaron quemándose casi al completo sus interiores. Los muros se mantuvieron en pie.

En 1946 comenzó Achim von Biel con la reconstrucción de los teatros. Según se rumoreaba, los recursos para ello procedían con una befecatora que para este fin había vendido casi todas sus joyas salvadas durante la guerra. Los arquitectos fueron Remmelmann y Gauke. El Teatro de la Comedia fue reinaugurada con “Cábala y Amor” de Schiller. Las butacas y sillas se recolectaron de otras salas y cines destruidos durante los bombardeos.

En 1947, el Theater am Kurfürstendamm fue reinaugurado con “Un sueño de una noche de verano” de Shakespeare (ciertamente llama la atención que es una de las obras más representadas en la actualidad, aunque quede poco de la obra original). Entre 1949 y 1962, el teatro era el lugar de actuación de la Freie Volksbühne, el teatro que sustituía a la Volksbühne que se quedó en el sector soviético, después de que la sala hubiera servido por un corto período como cine.

En 1950, la sala se encontraba en un estado lamentable. Este año, Hans Wölffer se hizo cargo del Teatro de la Comedia. Anteriormente había vuelto a Berlín, trajo consigo a Curt Goetz y su esposa Valerie von Martens del exilio y causó con ellos sensación en el cercano teatro Renaissance-Theater, donde representaron “La Casa en Montevideo“. También durante su dirección del Teatro de la Comedia consiguió recuperar a muchos de sus amigos actores del exilio, así y sobre todo a los autores de comedia. Complementariamente inauguró junto a su hermano Siegfried el Teatro de la Plaza de Nollendorf (Theater am Nollendorfplatz), con un aforo de 1.000 plazas, para que sirviera de teatro de ópera (actualmente se llama “Goya” y está cerrado por quiebra). En esta sala actuaba Max Hansen en la opereta “Weißes Rößl“.

En 1951, Hans Wölffer encargó la reforma de la Comedia y la amplió a 600 plazas. Los arquitectos fueron Schwebes y Schoßberger, que dieron a la fachada del edificio exterior un estilo más acorde con los tiempos.

Durante la década de 1950, actores estrella tan populares como Grete Weiser, Rudolf Platte, Victor de Kowa, Curt Goetz y Max Hansen hicieron que la Comedia tuviera el aforo siempre completo. También incluía siempre de nuevo obras musicales en el programa que tuvieron gran éxito: “Fuegos Artificiales”, “El Pequeño Napoleón”, “Kiss me Kate“ fueron algunos de los grandes éxitos. Hans Wölffer era el “especialista de los musicales” en Alemania y consiguió rebatir los argumentos de todos aquellos que afirmaban que este género no tendría éxito en Alemania. Por las noches, la Comedia ofrecía cabaret político, un género que especialmente en Berlín contaba siempre con mucho interés, sobre todo en la época de la posguerra y tras la construcción del muro. Con ello, cabaretistas como Wolfgang Neuß y Wolfgang Müller se convirtieron en leyendas.

El contiguo Theater am Kurfürstendamm también presentaba grandes éxitos en este tiempo. La casa que cobijaba a la Freie Volksbühne bajo su director Oskar Fritz Schuh se convirtió en un enclave vienés. En el escenario contaba con todos los que tenían categoría y nombre en Austria (el director del Burgtheater, Rudolf Steinböck, era un director artístico permanente de la sala). Prensa y público aclamaban a los artistas con una unanimidad poco frecuente. La vieja avenida del Kurfürstendamm volvió a ser el centro de atención de Berlín. Cuando Schuh cambió al teatro Schauspielhaus de Hamburgo (como sucesor de Gustav Gründgens), su puesto de director general fue ocupado por Leonhard Steckel, Rudolph Nölte y Erwin Piscator.

El Theater am Nollendorfplatz pasó a ser dirigido en solitario por Siegfried Wölffer. Bajo su dirección se representaron “Land des Lächelns“ (País de la Sonrisa) con Helge Roswaenge, “Capitán Baybay“, así como musicales modernos. Sim embargo, por razones de costes tuvo que cerrar.

Tras el traslado de la Ópera Municipal, en 1961 Hans Wölffer alquiló el tetaro en la Calle de Kant (Kantstrasse) y le vuelve a dar su antiguo nombre de Teatro del Oeste (Theater des Westens). Aquí ya había sido alguna vez director de orquesta bajo la dirección de los hermanos Rotter. Después de que sus jefes tuvieran que abandonar el país, se había convertido en director interino de la casa. Fue su primera dirección general de un teatro.

Dado que los compromisos financieros superaban sus posibilidades reales, representó obras de productores de renombre internacional. Cuatro actuaciones invitadas de la Ópera de Roma hicieron que la casa vibrara de los aplausos. Se compró el estreno europeo de “My Fair Lady“ y se contrató al director musical de la representación neoyorquina Franz Allers. Todos los que entendían algo de la materia llegaron ahora a la conclusión de que Hans Wölffer se tenía que haber vuelto completamente loco, especialmente porque a Franz Allers se le conocía en este país sólo como director de la Orquesta Filarmónica. Contrató a 50 músicos de primera categoría para la orquesta y el coro. Además, tenía que pagar al ballet, la sastrería propia y los gastos de los talleres, sin poder contrar con subvenciones. No suficiente con ello, en medio del período de ensayos se produjo la construcción del muro. Pero el esfuerzo de Wölffer valió la pena: “My Fair Lady“ se convirtió en el mayor éxito de la posguerra en Alemania y encima en un tema de actualidad política. El diario berlinés Der Tagesspiegel tituló el editorial tras el estreno con “My Fair Wölffer“. Casi durante dos años la producción se representaba sólo en el Teatro del Oeste. No se guardaron días de descanso, a excepción de la Noche Buena. Se inventaron los viajes a precio cerradio al teatro: La escapada de “My Fair Lady“, con vuelo con PanAm y alojamiento en el Hotel Hilton. Pronto se disponía de cuatro decorados y compañías, ya que durante años el musical estaba de gira por todas las grandes capitales de lengua alemana como embajador de Berlín.

En 1962/63, Hans Wölffer volvió a ser director del Theater am Kurfürstendamm, que entonces reformó y modernizó. Volvía a haber un bonito teatro en el gran bulevar -dorado, beige y rojo-. Como director artístico principal de la casa, Harry Meyen marcó la línea del nuevo y elegante “bulevar”.

En 1965, los hijos de Hans Wölffer, Jürgen und Christian, se convirtieron en copropietarios del teatro. Se renunció al Teatro del Oeste, porque el riesgo financiero era demasiado elevado. Además, Wölffer necesitaba urgentemente un aval por las posibles pérdidas por valor de 100.000 DM para encargar una nueva obra en Nueva York. Pero el Senado de Berlín rechazó la asunción del aval. Hubiera sido el musical “Gigi“. Más adelante, cuando el teatro pasó a ser una sala subvencuionada, dicha obra se encareció de verdad. Después falleció Hans Sanden, el vicedirector (que en los años de 1920 había sido el vicedirector de los hermanos Rotter) y amigo personal de Hans Wölffers, stirbt. Jürgen Wölffer, que estaba contratado como actor en el Schillertheater, asumió interinamente las responsabilidades de Sanden. En 1966, Jürgen Wölffer se convirtió en codirector.

Entre 1971 y 1974 se contruyó el centro comercial Ku’damm-Karree. Aunque ambos teatros se quedaron dentro de sus muros históricos con su historia tan cambiante, ahora quedan envueltos por el nuevo edificio moderno. Muchos transeúntes pensaban que se trataba de dos pequeños y modernos teatros de bulevar. Especialmente en el caso del Theater am Kurfürstendamm, que antes había sido un edificio solitario, en su lado izquierdo ya no hacía sospechar ni tu tamaño ni su importancia. A ello se añade que ya no era posible la exposición exterior tan representativa como se concedía en aquella época a los teatros por contrato, debido a unas reglamentaciones muncipales de Charlottemburgo difícilmente comprensibles. La arquitecta del engendro fue Siegried Kressmann-Zschach.

En enero de 1971 se cerró el teatro para llevar a cabo una reforma muy costosa. El 1 de septiembre del mismo año se reinauguró. En 1974 Jürgen Wölffer se cinvirtió en el director general. Al fallecer Hans Wölffer en 1976, sus hijos Jürgen y Christian eran socios a partes iguales del teatro, mientras que Jürgen se convertía en el administrador único. Wolfgang Spier, llamado el “Rey de los teatros de bulevar” se convirtió en el director artístico principal.

Los años de 1970 y 1980

En estas dos décadas, los teatros Komödie y Theater am Kurfürstendamm eran los escenarios privados más famosos en Alemania y casi siempre vendían todas las entradas. Casi todas las obras se grababan por la televisión pública alcanzando las mejores cuotas en las mejores franjas horarias de las dos cadenas públicas nacionales ARD (La Primera) y ZDF (La Segunda). Las estrellas se agolpaban para poder actuar en estas salas, y las editoriales trataban de colocar sus obras aquí. A diferencia de otros teatros, no necesitaban subvenciones. La dirección recibió numerosas ofertas para asumir la dirección en otros teatros de grandes capitales como Munich, Zurich o Hamburgo o construir nuevos teatros en estas ciudades.
Jürgen Wölffer funcó una sociedad de giras y la integró en los dos teatros del Kurfürstendamm. Pronto se convertiría en la segunda empresa más grande de este tipo en la región de lengua alemana.

En 1986, la Comedia fue reformada a fondo y se equipó con unas butacas que imitaban la antigua butaca de los tiempos de Reinhardt. El arquitecto fue Jürgen Werner.

En 1988, Jürgen Wölffer capta al inversor Uwe Spranger para construir el teatro de comedias “Komödie Winterhuder Fährhaus“ en Hamburgo. El arquitecto fue Peter Schweger. Las producciones se realizaron en Berlín, y también la administración se llevaba desde Berlín.

En 1989 se realizó otra obra de construcción. esta vez en el Theater am Kurfürstendamm. También en este teatro se instalaron nuevas butacas y se modificó la óptica del interior de la sala para crear un ambiente más íntimo. Al final se rechazó el plan de instalar un palco por razones económicas. Se suprime casi al completo el foso para la orquesta y el anteescenario un poco malogrado. Pero la mayor parte de las inversiones fueron a parar en la técnica. Todo el escenario, incluidos los tiros, el suelo del escenario y las plataformas móviles junto con la plataforma giratoria. Se eliminó la pared que daba al almacén y se sustituye por una pared móvil, transformando así el almacén en la parte posterior del escenario. Las inversiones en la reforma alcanzaron los 7 millones de marcos alemanes.
En 1989, Rafael Roth pasó a ser el nuevo propietario del centro comercial Ku’damm-Karree. En el miksmo año cayó el muro de Berlín.

Los acontecimientos tras la caída del muro

Entre 1990 y 1995 se convierte la parte posterior del escenario y el almacén del Theater am Kurfürstendamm con pocos gastos en el pequeño escenario “Magazin“. Se dirigía por los asistentes de dirección, entre ellos Martin Woelffer y Folke Braband. Un podio sencillo, 99 sillas y una pequeña instalación de iluminación -estos jóvenes no disponían de más elementos, pero sí tenían mucho entusiasmo y éxito. La representación inaugural fue “Der Menschenfeind“ (El Enemigo de los Hombres), bajo la dirección de Martin Woelffer, y tanto la prensa como el público recibieron la novedad con mucho entusiasmo. Lamentablemente, tras cinco años tuvo que cerrar este nuevo local. No había fondos, y con apenas cien plazas no se podían cubrir los costes originados. Además, el departamento técnico necesitaba el espacio, porque ahora no sólo producían para Berlín, sino también para la sala hamburguense Komödie Winterhuder Fährhaus y para las giras. Los “niños” asumieron, entonces, otras tareas más importantes, con los Wölffer o con otros.

A pesar de que los teatros en el Kurfürstendamm atraían aún en 1994 la mayoría de los espectadores de teatro de Berlín, las salas ya no vendían todas las entradas. Pero al mismo tiempo aumentaban los costes de forma constante. Era la contrapartida de los éxitos anteriores, casi excesivos. Eran las únicas salas de Berlín que no recibían subvenciones públicas. A pñesar de la buena marcha de las giras y del teatro hamburguense, empiezan a tener pérdidas. El Theater am Kurfürstendamm se subarrendaba entonces al productor de musicales Friedrich Kurtz. Su producción tan costosa como “Dime dónde están las flores” acaba en fracaso. El saldo son elevadas deudas de alquiler y de impuestos (incluido el IVA sobre los alquileres impagados), lo que hacía sufrir bastante a la dirección de Wölffer.

En 1996 volvió a haber una oferta para la construcción de un nuevo teatro por parte de un inversor. Se inaugura la Comedia de Dresde. Era algo así como una aportación a la reunificación parcial de Alemania.

En 1997, los dos teatros en el Kurfürstendamm volvieron a recibir una cubierta sobre la entrada y se podían reconocer nuevamente como salas de teatro. El propietario había conseguido imponer su criterio, a pesar de que la Rafael RothJunta Municipal del Distrito le había contestado hace años que “Las cubiertas sobre las entradas deberán quedar reservadas a los hoteles del Kurfürstendamm.”

En 2003, el centro comercial Ku’damm Karree fue adquirido por la inmobiliaria db Real Estate, una filial del Deutsche Bank. Un año más tarde, en 2004, Jürgen Wölffer traspasó la dirección de ambos teatros a su hijo Martin el día del primer centeraio del nacimiento de su padre Hans Wölffer. Pero las deudas de alquiler oprimían a los teatros. A pesar de las buenas cifras con respecto a otras salas, resulatab imposible cubrir todos los costes, sobre todo teniendo en cuenta que las otras casas, que contaban con sy¡ubvenciones, tenían una clara ventaja. El gobierno de Berlín lo sabía. A causa de esta situación, la dirección tuvo que aceptar un nuevo contrato de arrendamiento con plazos de rescisión más cortos.

A finales de 2005, el Deutsche Bank rescindió los contratos de arrendamiento con ambas salas con efecto a partir de 31-12-2006. A raíz de protestas masivas por parte de la opinión pública contra la decisión del Deutsche Bank, se celebró una serie de conversaciones entre el Deutsche Bank y la Familia Wölffer. En verano de 2006 la inmobiliaria db Real Estate prorrogó los contratos de arrendamiento hasta el 31-06-2007.

El antiguo comisario de la Oficina de Protecciíon del Patrimonio Histórico-Artístico de Berlín, Dr. Dietrich Worbs, examinó los teatros y llegó a la conclusión que ambos edificios son claramente merecedores de protección. Con esta valoración se opuso al criterio del actual jefe de la autoridad, que hastya la fecha no ha considerado necesario someter a los teatros a un examen. La editorial Deutscher Kunstverlag publicó entonces un libro con el dictamen mencionado anteriormente. En diciembre de 2006, la inmobiliaria db Real Estate vendió todo el complejo del Ku’damm-Karree a FORTRESS.

En 2007, Alice Stroever, la portavoz de política cultural y de medios de comunicación del Grupo Parlamentario berlinés de Bündnis 90/ Die Grünen (Alianza 90/Los Verdes) averiguó que en 1998 la Gran Coalición hizo suprimir de los contratos una antigua garantía de conservación de las salas a cambio del pago de 4 millones de euros, una garantría que existía en todos los contratos anteriores. El pago del dinero, que en su mayor parte tenía vencimiento al producirse la venta del edificio en 2002, fue confirmado por el Senador de Finanzas Thilo Sarrazin (SPD – socialista) ante la Cámara de Diputados de Berlín en contestación a una pregunta dirigida a él por Stroever.

FORTRESS prorrogó provisionalmente el plazo de desalojo para ambos teatros (hasta el 30-06-2008 para la Comedia, hasta el 15-01-2008 para el Teatro en el Kurfürstendamm). Pero no estaba a la vista ninguna solución a más largo plazo. En septiembre de este año, FORTRESS vendió el C.C. Ku’damm-Karree a Ballymore Properties.

Tras la sociedad americana FORTRESS, en 2008 pasa a ser propietaria del conjunto la irlandesa Ballymore Properties. Los teatros ya no disponen de ningún contrato de arrendamiento en vigor, pero siguen realiznado y programando actuaciones. Siguen las negociaciones sobre el futuro de ambas salas. También el Secretario de Estado de Cultura, André Schmitz, apoya la conservación de los dos teatros. La Comisión de Cultura rechazó nuevamente -con los votos de socialistas y comunistas- declarar los edificios patrimonio histórico-artístico. Actualmente se mantienen conversaciones con Ballymore Properties que podrían tener el resultado que se asegurara a largo plazo la permanencia de los teatros en el Kurfürstendamm. Está claro cuál es la intención de socialistas y comunistas. Las operaciones inmobiliarias son claramente especulativas y es escandaloso que fuera el Deutsche Bank quien se prestara inicialmente a destruir patrimonio cultural de la capital alemana. Evidentemente, sociedades inmobiliarias extranjeras dedicadas a la especulación no muestran ninguna sensibilidad a lo que significan los dos teatros, que por fuera no parecen tener la antigüedad e historia que tienen. Los progres de Berlín se dedican a la destrucción sistemática del patrimonio cultural de la parte occidental de la ciudad. La decadencia general del Kurfürstendamm es obvia. El Senado de Berlín, en manos de socialistas y comunistas, no muestra el menor interés por recuperar el antiguo esplendor de este bulevar berlinés y dedica sus esfuerzos exclusivamente al este y a complacer a los antiguos opresores de la parte oriental de Berlín y de Alemania.

En 2009, el Teatro de la Comedia va a celebrar su 85 aniversario.
Ojalá no sea el último.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.