Sociopolítica

La Era Obama

Crónicas del Sur de América

Terminaron las elecciones, hace rato, y hoy asumió el 44º Presidente de los Estados Unidos, el demócrata Baack Obama, secundado por Joe Biden, y es hora de que el partidismo y el fanatismo den paso al pragmatismo y al sentido común, que últimamente escasea como las monedas argentinas.

Ningún ser humano pensante puede esperar que a Obama le vaya mal, todos tienen que querer y desear que le vaya bien. Si a Obama le va bien, a Estados Unidos le va bien, y si Estados Unidos está bien también lo está el mundo, incluídos los dictadorsuchos como Chávez.

Obama tiene muchas cosas a favor, como la luna de miel que tiene con la prensa, o la sensación generalizada de esperanzas que ha generado no sólo en gran parte de los estadounidenses, sino también en el planeta. Lo malo es que este apoyo probablemente sin comparación puede volvérsele en contra.

La gente se ha entusiasmado tanto, espera tanto del flamante Presidente, que si por cuestiones ajenas a él no logra concretar los sueños de todos, la desilusión será más grande, y el rechazo será mayor que si no se esperara nada de él.

Obama es un hombre con ideas distintas a las que muchos defendemos, con un plan propio, nada más, pero nada menos. Hay que dejarlo trabajar, no esperar milagros a corto plazo, ni entrar en una carrera histérica si algunas promesas son lentas en su cumplimiento, o imposibles de cumplir, como el cierre de Guantánamo, no tanto por el cierre, sino por la relocalización de los prisioneros.

Obama tiene una oportunidad histórica por el apoyo histórico que tiene, viene precedido de una administración cuestionada, que será mejor tratada cuando sea analizada con el tiempo. El mayor logro de la era Bush fue que no hubiera más muertos por terrorismo en los Estados Unidos, que no es poca cosa, y Obama lo sabe, por eso dejó a Robert Gates y al General Petraeus en el Gobierno.

La economía está en problemas, y Obama debería aprender de Clinton y de Bush. De Clinton a no sacar medidas populistas para darle créditos a gente que sabe no podrá pagarlos, y del último presidente a no negar la crisis, cosa que por el momento no ha hecho, lo que es el primer paso para solucionarla lo antes posible.

Estados Unidos debe fortalecer las alianzas importantes y estratégicas, no intentar convencer, convertir ni amigarse con dictadorsuchos que desprecian a los Estados Unidos y lo que representan, y de buscar buenos y nuevos aliados por el mundo. El mundo está desesperado siempre por negociar con los Estados Unidos, el mercado más importante de la tierra.

Mi conclusión: Lo más inteligente es querer y desear que a Obama, y por ende a todos, les vaya bien dejando de lado partidismos y fanatismos. Es hora de ser inteligentes.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.