Sociopolítica

Ventas

Esta todo tranquilo, quieto, mi móvil a penas ha sonado, antes sonaba mas con comerciales dispuestos a venderme cualquier cosa, desde tarjetas de viaje, crédito, hasta parécelas en un conocido campo santo, ahora solo un comercial de banca me importuna ofreciéndome algún producto nuevo.
Antes era muy entretenido descolgar el teléfono con numero oculto sabiendo que detrás de ese anonimato había un comercial dispuesto a contarte lo maravilloso de su producto y lo feliz que ibas a ser después de dicha compra.
Ahora las cosas son mas mestas solo llaman ofreciéndome seguros de vida, cosa en la que no creo pues no hay nada más inseguro que la propia vida, uno puede hacer grandes planes para una época determinada de su vida y luego el caprichoso destino propone, con lo que los planes se suelen ir al traste, es bonito programarse cosas, aunque luego no siempre puedan realizarse, al menos tienes en que pensar fuera de las preocupaciones habituales del trabajo.
La cuestión es vender todo aquello vendible. Ser comercial siempre ha tenido su arte es difícil, convencer a alguien de alguna cosa determinada exige tiempo y paciencia, mi difunto abuelo que era comercial siempre me decía convencer a alguien es fácil si crees en aquello que ofreces y sobre todo no engañas en la calidad del producto.
Es llamativo recordar aquellos días en las que las paginas de los periódicos los anuncios en los que se decía “se necesita comercial”, ahora ya ni eso se ve.
La crisis existe a penas se ven anuncios en los periódicos, no hay casi publicidad, a penas se crean empresas, sin embargo no paran echar el cierre multitud de ellas todos los días.
En épocas de bonanza es muy fácil vender hasta el humo pero ahora en días grises nada es fácil, se nota que estamos en época de vacas flacas, se percibe hasta en la bajada de llamadas telefónicas a los móviles, vender ahora es difícil.
Tampoco es de extrañar cuando la liquidez es escasa quien va a comprar nada y en una economía en la que el consumo es importante siendo uno de los motores de la misma, si este se para se nota mucho.
Lo llamativo es que a pesar de la crisis, en Valencia en estos días de fallas a penas se podía andar sin ser arrollado por la masa, para que luego digan que la gente se retrae, cada día me convenzo mas se restringe en muchas cosas excepto en el ocio y no es de extrañar, la vida es demasiado dura para estar siempre serio, las fiestas son lo único que no necesita comercial para ser vendidas.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.