Cultura

Prisa, prisa, tengo prisa

conejo

Prisa, prisa, tengo prisa, no sé dónde voy, no sé cuál es mi destino, pero tengo prisa, tengo que llegar el primero, adelantar al resto, y ocupar el lugar en la cima, de una colina que no conozco, pero una colina a la que todos quieren llegar.

Prisa, prisa, no impota la forma, no importa el modo, sólo quiero llegar, y mirar al resto desde arriba, reírme de su estupidez y mostrarme arrogante por mis logros, poniendo todas las trabas para que nadie pueda alcanzar el lugar en el que yo estoy.

Prisa, prisa, atrás quedan amigos, familiares y compañeros, nada importa salvo el éxito, rápido, falaz, inmerecido, pero éxito al fin y al cabo, éxito que define sin redimir un diccionario de inextricable composición.

Prisa, prisa, estoy perdiendo el tiempo, he de centrarme en mi objetivo, olvidarme de asuntos de menor importancia, ahuyentar cualquier vestigio de sentimentalismo, nada personal, sólo negocios, no hay lugar para el ser humano.

Prisa, prisa, el mundo da vueltas, sin parar, gira sobre sí mismo, rotación inútil porque acaba llegando al mismo lugar, y los que triunfaron ya lo habían hecho antes, y los que se quedaron en el camino ya habían sido desheredados con anterioridad.

Prisa, prisa, ¿qué haces ahí parado? Date prisa, tenemos que irnos, tenemos que partir, nos esperan, ¿quién? No sé, pero la prisa nos mueve, la prisa es nuestro alimento, la prisa nos marca el camino, vivimos deprisa, porque no queremos mirar en nuestro interior.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.