Cultura

Circo y prozac

Las circunstancias de la vida ofrecen diferencias, coincidencias, indiferencias y, algunas veces, hasta conclusiones sobre los hechos y todo aquello que llevamos a cabo. Durante los dos últimos días he leído en los confidenciales que en un programa de televisión “han jugado con la muerte para ganar audiencia”. Sí, rotundo, conciso y en portada. Lejos de valorar el tamaño de tan llamativo titular, conviene ahora hacer un poco de examen e ir al centro de la cuestión. Y ese centro lo encontramos en la simple facilidad de palabra de una colaboradora (o polemista, que es lo que ahora se estila) que aporta como prueba de legitimidad un mensaje de móvil para justificar que alguien muy conocido (no sabemos quién) ha fallecido. La persona en cuestión -que, por cierto, fue obligada en el pasado a pedir disculpas públicamente a un artista extranjero tras afirmar una falsedad sobre su hija- sale despavorida del plató, que ya está acostumbrado a números circenses, dejando a los espectadores, como se suele decir, “en ascuas”. Ya tenemos el gancho: alguien muy famoso ha muerto, pero no sabemos quién. Sigue el vodevil.

 

Muchos se empeñan –y más en televisión- en afirmar eso de que “más vale que hablen de nosotros, aunque sea mal”. Lo difícil es enfrentarse a la situación de que el director de un programa permita el bulo sobre la supuesta muerte de una persona. Es la guerra de los supuestos, los presuntos y el condicional del verbo poder. Podría haber fallecido, podrían haberse separado, podría mantener una relación con fulanita. Podría, podría, podría, esto es, hablar de mentiras como si fueran verdad.

 

Pero el caso de esta semana ya no es, ni siquiera, una cuestión de ética. Yo empiezo a plantearme si algunos responsables tienen familia o si alguna vez en su vida han sufrido por un ser querido. Si las respuestas son negativas, lo entenderé todo. Si son positivas, prefiero callarme. De lo que estoy seguro, a estas alturas, es que esa ya no es una cuestión de titularidad de la marca. Sí, ¡no me digan que la tele se apaga y que es una cadena privada! En este caso, no ha habido límites. Para quien quiera entender.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.