Sociopolítica

Sombra en Belén

A 40º, latitud norte: el 21 de diciembre (solsticio de Navidad) el Sol nos alumbró 9 horas y 20 minutos. En el mismo lugar, cuando llegue el 20 de junio (solsticio de san Juan) nos acompañará, el mismo Sol, 15 horas y seis minutos. Cada día tenemos dos minutos más de sol. Para luego regresar. El ritmo de la Naturaleza genera  la celebración de las  fiestas: Grandes hogueras, “lumen Christi”, en Navidad. Grandes hogueras, junto al mar, por san Juan.  El biorritmo cultural, que debiera acompasarse,  lo rompió la propiedad. ¿Cómo explicar que en  Navidad, naciendo el Sol, donde el Nacimiento se ubica, haya muertos de metralla:  sobre un territorio, que debiera ser compartido por dos Estados? Miles, más de 70.000 almas, han visitado Belén de Judea. “¿Cómo podemos ser el centro del turismo religioso, rodeados de un muro?”, dicen en la Cámara de Comercio de Belén, ciudad palestina a nueve kilómetros de Jerusalén y separada de él por una valla/muro de ocho metros de altura, a cuya sombra vive. Hace cinco años que  el Tribunal Internacional de Justicia de La Haya dictaminó la ilegalidad de la barrera, que convierte en una pesadilla la vida de decenas de miles de palestinos, que  vieron cómo sus campos quedaban del otro lado; que universidades, colegios y hospitales quedaron aislados.   La naturaleza reinicia su ciclo para todos, pese al hombre, que erige muros para salvaguardar  la injusta propiedad. Por la propiedad de los bienes se mata, incluso en Navidad. Dice un dicho, que Eduardo Mendoza cita, que el pobre, cuando  no se mata, baila. La Fundación Baile de Civilizaciones os invita a respetar el Sol, que nace, pese a las sombras de los muros.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.