Cultura

Hasta luego, Madrid

Hasta luego, Madrid, fue bonito mientras duró, pero todo lo que comienza termina y aquí, hoy, día 5 de febrero de 2010, pongo fin a mi idilio con tus calles, a mi amor por tu arquitectura y a mi anhelo por tus oportunidades.

Busco otros aires que me llenen de vida, que completen el vacío que tu frialdad real, no bohemia, ha provocado en mí. Una frialdad relacionada con tus intempestivas jornadas laborales, con tus atascos interminables y con tus distancias siderales.

Tienes vida, lo sé, mucha vida, pero el que vive en tu seno no tiene tiempo, maldito tiempo, para disfrutar tu vida. La rutina diaria golpea con fuerza e impide el desarrollo cultural que tú mereces, reservando ese derecho para un grupo minúsculo de seres inanimados de vida fácil, artística o estudiantil, pero yo soy demasiado pobre para la primera, demasiado cobarde para la segunda y demasiado viejo para la tercera.

Por ello te digo hasta luego, que no adiós, porque volveré, como turista, como visitante, para disfrutarte desde la tranquilidad del tiempo sobrante, de las prisas abandonadas y del flujo sanguíneo apaciguado.

Me voy a las provincias, donde la vida se mueve a otro ritmo, más pausado, menos apasionante, pero más llevadero, una vida relajada de asueto dominical y parsimonia laboral.

Venciste, Madrid, y no te guardo rencor por ello, pusiste las cartas sobre la mesa desde el primer momento y yo me dejé embaucar por tus promesas, pero no supe responderte como te merecías y ahora me marcho con el rabo entre las piernas, rehuyendo tu mirada y ajeno al futuro que me augurabas.

Hasta luego, Madrid.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.