Sociopolítica

Religiones y sectas

“Se estima en la actualidad que alrededor de tres millones de americanos pertenecen a unos mil cultos religiosos” (Alvin Toffler en su libro: “La tercera ola”: publicado en 1980).

Este autor en su muy interesante obra citada, mantiene la tesis de que las “dos olas anteriores”; la agrícola y la industrial; han muerto; y tal y como la segunda acabó con la primera, trasladando a inmensas masas de seres humanos a las zonas industriales o industrializadas por el hombre; la que él denomina “tercera” eliminará a la segunda y tras ello, debe aparecer un nuevo orden social y económico, incluso religioso; puesto que afirma que se volverá otra vez a “desmasificar” al ser humano. Para ello tienen que cambiar hasta los sistemas políticos, puesto que ya y hace treinta años, este autor los veía y analizaba como inservibles. En ello acertó pues no hay más que ver la anquilosada y estéril actualidad, donde “ningún gobierno sabe por donde anda y menos hacia donde va”.

Afirma muchas cosas más y sorprendentes en mayoría; pero resumir ese libro en un artículo es imposible, por tanto el interesado que lo busque y lea, puesto que entre los idiomas a que fue traducido, lo fue al español y se publicó en España, no dudando que igualmente lo fue en otros países de habla española. Yo comento sólo lo que indica mi titular; o sea el fenómeno religioso actual y sus infinitos matices.

Si estimamos esta mínima cantidad de norteamericanos y en relación a su población total y aparte de las grandes religiones (Judía, Cristiana y Musulmana) ¿Cuántas más deben existir allí?, teniendo en cuenta las poblaciones de origen oriental, como son japoneses, chinos, hindúes y resto de la inmensa Asia; amén de los africanos o de origen africano y transformados religiosamente en América y sobre todo en el Caribe, con sus peculiaridades; por tanto, deben ser muchísimos más indudablemente.

De forma similar ocurre en Europa, e incluso en la hasta ayer mismo “católica España”. ¿Qué ocurrió o sigue ocurriendo? El citado autor lo apunta igualmente en el libro citado.

La soledad del individuo, puesto que las transformaciones nocivas que ha propiciado lo que erróneamente denominaron progreso o “progresía”; al individuo, generalmente ya bastante enfermo de soledad, lo han dejado totalmente solo y de ahí el que muchos de ellos, sean fáciles candidatos a pertenecer a una de esas infinitas sectas más o menos religiosas; o incluso a bandas de delincuentes, puesto que en estas también suelen encontrar “un abrigo” y “una protección”, de la que ya muchos carecen puesto que la familia, pudiéramos decir “normal” apenas si ya existe en ese mundo mal denominado desarrollado.  Aquí también está el fenómeno de la altísima drogadicción que existe en un mundo infeliz, que igualmente busca consuelo en las drogas.

Los que han montado estos tinglados religiosos y similares; han sabido captar a los que saben pueden dominar; a los que les implantan normas o disciplinas que dudo tolerarían en el seno familiar, pero que incomprensiblemente en esas organizaciones aceptan sin rechistar, precisamente por cuanto en ellas se creen seguros, encuentran amigos ya adoctrinados y que sirven para adoctrinarlos a ellos y a partir de ahí; los convierten en un número más que trabajará en lo que le manden y cuyos beneficios irán siempre a parar a la cúpula que domina el tinglado y donde los dirigentes y sobre todo el “gurú de turno”, se dará la vida padre y puede que alguno hasta ejerza el antiguo “derecho de pernada”.

A los que de alguna manera supimos afrontar la soledad y superar sus miedos, continuando la vida individual y sin ataduras a ningún credo del tipo que sea, salvo a la familia tal y como la vivimos desde pequeños; nos cuesta creer cuanto de vez en cuando leemos sobre este tipo de “círculos cerrados”, que existen y siempre han existido.

Pero precisamente es por el miedo a intentar ser individuo, lo que lleva a multitudes a pretender ser simplemente masa. Y como esta es abundantísima, “los pescadores de hombres”, tienen unas inmensas pesquerías a su alcance y de ahí esa enorme proliferación de sectas que como simples negocios, abundan tanto por el ancho mundo.

De ahí el que precisamente en el país que se nos ha dicho hasta la saciedad, es el más adelantado y progresista del mundo, abunden tanto este tipo de agrupaciones y seguro es por cuanto allí, la soledad es mucho más abundante que en otros lugares. De hecho recordemos que allí es donde se inició… “la consulta en el camastro de psiquiatra o psicólogo”; lo que no es otra cosa que el signo del miedo y la debilidad de quienes no sabiendo asirse con fuerza a la propia vida, necesitan algún tipo de… “agarraderas” para su miedo o… “miedos”.

Antonio García Fuentes

(Escritor y filósofo)

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Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.