Cultura

Sin palabras

Sin palabras que tergiversen la realidad a mi gusto, sin ideas que revolucionen mi paradigma ideológico, sin voces de ultratumba que me hagan plantearme vida después de la vida, vivo en un estado de vacío espiritual e intelectual que sólo me reporta inquietud y desasosiego.

Sin palabras que formen la frase que estoy buscando, sin ayudas exteriores que me den alguna pista sobre el sujeto, el verbo o el predicado, sin un guión que repetir al pie de la letra, sin una norma a la que atenerme de por vida, sin un pecado por cometer.

Sin palabras que recitarle a mi amada, sin una princesa que rescatar, sin un amor de carretera, ni un amor por desencadenar, sin vértigo ante el precipicio de la soledad, sin dolor que padecer, sin un alma que poder llamar gemela, sin un sueño por acometer.

Sin pasado que recordar, sin futuro en el que refugiarme, sin presente al que poder llamar vida, sin aflicciones que lamentar, sin lamentos que cercenar, sin afrentas que vengar, sin venganzas que culminar, sin fines en sí mismo, sin tiempo que perder, sin palabras que retener.

Sin una estación en la que llorar, sin una taberna en la que lamentar, sin una esquina que visitar, sin un viento que perseguir, sin un mar en el que naufragar, sin un pozo al que caer, sin un riachuelo que me pueda llevar, sin un vuelva usted mañana, porque el mañana ya llegó.

Sin palabras.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.