Economía

De mudanza (La incompetencia es la norma en los servicios de atención al público)

Se suele identificar la burocracia y la incompetencia con el funcionarado español, pero desde estas líneas voy a romper una lanza en su favor, no porque ellos lo hagan bien, o porque hayan mejorado, nada de eso, simplemente porque en estos últimos días me he dado cuenta de que la burocracia y la incompetencia es extrapolable al sector privado, lo cuál es más sangrante en tiempos de crisis, en los que la competitividad debería de ser máxima.

El caso es que por razones que no vienen a cuento me he visto envuelto en una mudanza, esa pesadilla inexcusable a la que todo el mundo se ve abocado al menos una vez en la vida (yo ya he perdido la cuenta de las que llevo, cosas de ser culo de mal asiento, supongo), la cuál tiene las mismas complicaciones que todas las mudanzas, es decir, cientos de cajas de cosas inservibles de un lado a otro, miles de libros, muebles que ya no te caben en la nueva casa, etc.

Hasta ahí todo lo lógico, todo lo esperable, pero lo que no me podía esperar y me está exasperando hasta límites insospechados es los problemas que estoy teniendo para obtener el suministro de algo que yo suponía tan sencillo y tan básico como el gas. Resulta que he ido dando con una serie de amables e incompetentes señoritas (sin ningún ánimo sexista) que me han ido pasando de un lado a otro, de una línea a otra, de un departamento a otro, preguntándome todas, absolutamente todas ellas, por mi DNI, mi nombre y mi teléfono de contacto (ni en mis tiempos de joven díscolo llegué a dar mi teléfono a tantas chicas).

Y no las culpo a ellas porque comprendo que son presas de un sistema de trabajo burocrático y poco funcional, sino culpo a las corporaciones de las que forman parte las cuales son incapaces de ofrecer un buen servicio de atención al público, especialmente en momentos de crisis y de apertura de competencia.

Luego nos llevaremos las manos a la cabeza y nos preguntaremos la razón de que llegue cualquier empresa de fuera y se quede con todos los clientes. Es una mera cuestión de atención al cliente, de entender sus necesidad y flexibilizar los procedimientos lo suficiente como para poder adaptarse a la mayor cantidad de situaciones posibles.

La flexibilización es la clave, los tiempos de organizaciones rígidas y regidas por un estricto reglamento pasaron a mejor vida. Ahora las empresas, para ser competitivas, deben de ser flexibles, deben de ser abiertas, deben de ser capaces de captar las necesidades de los clientes y satisfacerlas antes que sus competidores. Hasta que no comprendamos eso en España no llegaremos a ser competitivos jamás.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.