Cultura

Cuando bebía decía tonterías…

…y no es que no las dijera cuando no bebía, es que cuando bebía decía más, aún más, una tras otra, sin parar, y su marido escuchaba impasible sin apenas pestañear, fingiendo que le hacía caso pero pensando en sus asuntos, en sus propias historias, asintiendo de vez en cuando, regalando un ‘sí, cariño’ cuando era menester, y deseando que ella decidiera que era tarde para retirarse a su alcoba, que así le gustaba llamarla, para darse más importancia, suponía, él, que no ella.

Una copa de vino tras otra, sin parar, una noche tras otra, sin días libres, desde hacía un tiempo, indeterminado, pero demasiado ya. Ella había caído presa del alcohol, sólo vino, y él de la melancolía, sin buscarlo, sin desearlo, sin querer, sin encontrarle solución. Un día tras otro, todo fue sucediendo con normalidad.

Un martes él no llegó para cenar, y a ella no le importó. No se dieron cuenta entonces, pero aquél fue el comienzo. Él encontró una compañía mejor y ella se aferró a la botella. Luego vinieron otros días, otras cenas, después un fin de semana, y unas vacaciones que no se compartieron, y así, sin ninguno saberlo, sin ninguno quererlo, su relación se mantuvo en el papel pero se fue esfumando en la realidad.

Ahora él ya no escucha, pero ella sigue hablando, para esconder el silencio, compartido antaño, agresivo ahora. Un silencio que se apodera del ambiente y penetra en las mentes de ambos. Ninguno quiere reconocer el fin, el paso lo debe dar el otro, los dos lo acordaron hace un tiempo ya, pero ninguno tiene la valentía suficiente para darlo.

Ella sigue bebiendo y él haciendo como que escucha mientras elimina un mensaje de texto que acaba de recibir.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.