Joyas musicales LXXIII (“Amanecí en tus brazos”)

Podría interpelar cuatro oraciones bien sonantes para introducir esta obra de arte hecha canción, pero cualquier palabra que las conformara sería mediocre ante semejante declaración de amor sincera, honesta y contenida, como son los sentimientos de verdad y no los que se lucen de cara a la galería.

Podría mirarte a la cara y decirte que te quiero, pero carezco de la desvergüenza que pronunciar esas dos palabras requiere, así que me refugio en mi escritura como la presa huye de su cazador, sabiendo que la suerte está echada y que el devenir de los acontecimientos será inescrutable.

Podría hacer tantas cosas, pero no hago ninguna, no hago otra cosa más que dedicarte esta canción.

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Amanecí en tus brazos

Amanecí otra vez
Entre tus brazos
Y desperté llorando
De alegría
Me cobijé la cara
Con tus manos
Para seguirte amando todavía

Despertaste tú
Casi dormida
Tú me querías decir
No sé qué cosa
Pero callé tu boca con mis besos
Y así pasaron muchas, muchas horas

Cuando llegó la noche
Y apareció la luna
Y entró por tu ventana
Qué cosa tan bonita
Cuando la luz del cielo
Illuminó tu cara

Yo me volví a meter
Entré tus brazos
Tú me querías decir
No sé qué cosa
Pero callé tu boca con mis besos
Y así pasaron muchas, muchas horas.