Sociopolítica

Patriotismo postmoderno

Es famosa la definición que da Jean-François Lyotard de postmodernidad: el abandono de “les grands  récits”, lo que podría traducirse como los grandes relatos, o narraciones, o paradigmas. En suma, las grades creencias, las mitologías esenciales que han movido la historia humana (religión, nación, cultura, raza, ideologías políticas), las que han promovido el progreso y provocado las guerras. El hombre, abandonadas estas creencias aparatosas, se refugia en lo cotidiano, en lo diario. Esto es la Postmodenidad: parar de los ético y lo ideológico a lo estético y lo lúdico. El joven se pone un rosario al cuello a modo de amuleto, ignorando que este es uno de los grades símbolos que han movido la historia de los últimos 2000 años. Para él es un objeto estético, decorativo, sin valor ideológico.

Pienso esto mientras  veo, de pronto, florecer como amapolas banderas de España en todos los balcones. En un país donde es tan complicado fomentar un sentido nacional de intereses comunes, donde a las primeras de cambio cualquier alcalde declara el  “cantón independiente de Cartagena”, la insignia nacional florece igual que en los países que tienen un arraigado sentido nacional, como Francia o Estados Unidos.

¿Qué ha ocurrido? ¿Hay algún proyecto común de tipo nacional, cultural, solidario? ¿Hay alguna amenaza externa que nos una frente a un enemigo común? Nada de eso. Hay un  juego, ciertamente bello y emocionante, pero que no deja de ser un juego. Este es un patriotismo sin grandes ideas, cotidiano, de andar por casa; no de bota militar, sino de zapatilla o de chancla playera. Este es un patriotismo que no construirá grandes cosas, pero tampoco declarará guerras. Un patriotismo postmoderno. Y, pensándolo bien, quizás sea mejor éste que ninguno. Como dice el  madrigal de Gutierre de Cetina:

“ya que así me miráis, miradme al menos”.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.