Cultura

De mis credos incrédulos

A mí no me digan cuentos sobre democracia
(díganme de cuáles hechos hablan,
qué país se presume así de afortunado,
yo me encargaré de saber si es objetivamente cierto
porque yo soy incrédulo de raíz
y por donde sea olfateo que la codicia,
bancos, industrias, ejércitos del mundo, pandillas imitadoras,
egoísmos disfrazados de buena voluntad,
están acabando la participación y el altruísmo’
y probando que lo que llamamos ‘progreso y civilización
es en el fondo una rapiña, una dictadura
de lobos, encarnación de valores
sin tótem sagrado, sin otra raíz que embelecos
de turno, embelecos cada vez más insensibles,
poderosos, taimados para joder
al inocente, al viejo, a la Tierra inerme.

A mí no me digan otra ternura que el hecho,
hora y lugar, donde haya un hombre partiéndose
en dos, en mil pedazos, para ayudar a otros
y darle voz y consuelo, y hacerlo que se ponga
en pies aunque sea con un poco de odio
u asco como convicción profunda
cuando observa
su ultrajante mundo, insolidario.

No me monologuen sobre la educación
porque acaso enseñan a leer o firmar el nombre
y las escuelas en su agenda tienen PCs,
o laboratorios, o sala de vídeos
y biblioteca con muchos libros
(¿qué libros? ¿los que enseñan a escaparse
a paraísos de más calumnia a la alterridad,
a más combate por un hombre-bestia mesiánico,
libros de perpetuación de la mentira
y la agresividad en nombre de Virtudes que se han ido
a la cloaca?,,,, porque el progreso se riñe
con paz y justicia para todos.

A la mierda esos libros y esos laboratorios
de estupidización de los niños,
programación para la obediencia doctrinaria
a susideologías en nombre del patriotismo,
la libertad que no existe,
la productividad manejada
por el capricho de banqueros, industriales,
guerreristas, congresistas-ganapanes
y otras parafernalias.
Hacen mucho ruido durante
los Cuatro de Julio y Día de Recordaciones
en cuanto a los miles de autómatas,
pendejos-asesinos
que marchan a la Indochina, al Medio Oriente, al Caribe
a matar que es lo qu saben. En fin, que se vayan
al culo del carajo a exhibir lo aprendido:
cómo se mata al inocente, se lanzan bombas,
Napalm, tóxicos químicos y que se joda quien se joda
(al cabo que se pelea por una patria propia  despropiada
y las otras patrias, a la mierda.

El nacionalismo es el aprendido egoísmo,
obstinado en injusticia,
por el par de medallas y la beca y el préstamo
para la casa o el seguir estudiando
más doctrina del anti-humano mundo
del dominialistas y acaparadores).

A mí no me digan cuentos de justicia mundial
mientras existan los billonarios del 1% y sus sicarios,
represententes en gabinetes y congresos,
en universidades y en revistas partidarias
de ‘100 More Influent People of the World’.

No me hablen en torno a libreempresarismo
que saquea recursos y obtiene ‘profits’
a costa de dar mendrugos al que no sabe
lo que es suyo y lo que puede lograr
con lo que tiene y le quitan, o con lo que sabe
ya y se le prohíbe, porque la opresión
viene de afuera y se fortalece dentro
porque el patriota nativo es un excremento humano
al servicio de otros culos, que no son el propio,
a no ser que… se revierta todo y abra
su inhóspito ojo de Polifemo.

De «El libro de anarquistas»
de CARLOS LOPEZ DZUR

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.