Economía

El precio de los traspasos de los futbolistas

Debido a la demagogia de mercadillo de los periodistas deportivos y al baile de cifras millonarias que éstos manejan para conseguir captar la atención de los aficionados al fútbol, se ha instalado en el imaginario colectivo la sensación de que los clubes de fútbol pagan cifras estratosféricas por los jugadores sin otra razón más que el capricho del presidente o dueño de turno.

Sin embargo, el precio que se paga por el traspaso de un futbolista está más fundamentado en la lógica económica de lo que solemos pensar, porque no es casualidad que un jugador valga más que otro, o que un club tenga que pagar por un mismo jugador más que otro, todo, absolutamente todo, tiene una lógica detrás.

En primer lugar, actúa la ley de la oferta y la demanda que determina que por el traspaso de unos jugadores en concreto se pague más que por otros, ¿qué jugadores provocan traspasos más caros? Aquellos con mayor talento futbolístico, ¿por qué? Porque el talento es escaso, hay poca oferta de talento y mucha demanda, lo cuál dispara el precio.

Por ello no nos podemos sorprender de que se paguen barbaridades por los jugadores más talentosos del mundo, porque son diferentes del resto, tienen algo que los otros no podrán llegar a tener nunca, por ello al tener una oferta escasa y una demanda abundante, el precio que hay que pagar es mayor.

Esa es la razón de que jugadores como Cristiano Ronaldo o como Kaká, ahora, o jugadores como Zidane o Figo, hace unos años, costasen lo que costaron, por un puro ajuste de oferta y demanda.

Sin embargo, es cierto que no todos los equipos tienen que pagar la misma cantidad por el mismo jugador. Por ejemplo, existe la sensación de que equipos como el Real Madrid siempre tienen que pagar más por jugadores que otros equipos obtienen a un precio menor, ¿a qué se debe?

A una simple política de ‘revenue management’, una práctica muy habitual en los productos turísticos y que no es muy conocida entre el gran público. Se trata de obtener de cada cliente el precio que éste estaría dispuesto a pagar, aunque se trate del mismo servicio.

Extrapolado al mundo futbolístico, un equipo no le pedirá la misma cantidad de dinero al Real Madrid que al Racing de Santander, por ejemplo, porque sabe que las posibilidades económicas de cada uno son diferentes. Por ello, si el Real Madrid, o cualquier otro club grande del mundo, llama a su puerta preguntando por un jugador determinado, el precio de negociación de salida se elevará de manera inmediata, y por una pura lógica de ‘revenue management’.

Sí, se trata del mismo jugador, pero el cliente es diferente, por lo que el club de origen intenta maximizar los beneficios de la operación, en una actitud lícita, pero que no siempre es bien entendida por el gran público.

En tercer lugar, el precio que se paga por un traspaso está fundamentado en el efecto multiplicador que puede provocar en el rendimiento deportivo y económico del equipo de destino del jugador.

El ejemplo más evidente es el de David Beckham, un jugador encomiable, de un talento correcto, pero que, de ninguna forma, pasará a la historia como uno de los jugadores más destacados de su generación, aunque sí como uno de los más rentables.

Su capacidad para multiplicar los ingresos del equipo en el que se encuentra, a la vez que incrementa los ceros de su cuenta corriente, es destacable. Se ha construido un personaje alrededor de su talento futbolístico y ha conseguido trascender los terrenos de juego, de forma que el club que lo contrata pasa a ser conocido en todo el mundo.

Cualquiera que haya vivido en el extranjero durante la época de Beckham en el Real Madrid, se habrá dado cuenta de que las únicas noticias que aparecían en los periódicos de allende las fronteras españolas eran las relacionadas con el jugador.

Y, por último, aparece el valor residual o de mercado del futbolista, una vez que éste no sea ya provechoso para el club, o en el caso de que el rendimiento no sea el adecuado. Cuando un club apuesta por realizar un traspaso debe de valorar las opciones que tendrá de revenderlo en cualquiera de los dos supuestos anteriores.

Por ello, parece evidente que se pueda pagar una cantidad mayor por un jugador joven que por otro que está terminando su carrera, de la misma forma que no se duda en pagar más por un jugador con buen cartel en su propio país, a sabiendas de que en caso de fracaso siempre puede regresar y recuperar, así, parte de la inversión.

En definitiva, cuatro son las cuestiones básicas que hay detrás del precio de cada traspaso que se firma en el mercado futbolístico: La ley de la oferta y la demanda, el Revenue Management, el Efecto Multiplicador y el Valor Residual.

Aunque, eso sí, siempre hay que dejar un pequeño margen para las comisiones de los intermediarios y para los caprichos y delirios de grandeza de determinados dirigentes futbolísticos, ignorantes económicos, y que a la larga llevan a sus clubes a la ruina, y de los que todos conocemos algún ejemplo, siendo Lopera el que más ha sonado últimamente.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.