Cultura

Aprender a ser feliz sin condiciones

kino bay

Vivir, un reto difícil. El ser humano permanece a la búsqueda constante de algo y pierde el valor del ahora como significado esencial del presente. Permanecemos a la espera atados a una esperanza que a veces no tiene mayor fundamento que el de la mera conciencia. Me gustaría aprender a vivir con el corazón despierto al mundo incluso en los momentos de máxima tristeza.

Igual que me gustaría que los lectores de Mobifriends pudiesen obtener de mis textos y reflexiones una lectura positiva incluso en el momento de máximo dolor. Desde hace tres años doy clase de inteligencia emocional en un centro de mayores. Esta semana, en una de las clases le pregunté a un alumno de ochenta años. ¿Podrías decirme cuál es la clave para ser feliz? Y su respuesta me encantó: “Se conforme, es decir, conformarte con lo que tienes“.

En aquel momento pensé qué palabras tan sabias propias de una persona que observa la vida desde la plenitud del camino puesto que la experiencia es un grado. Pero también, pensé qué difícil. A veces, tenemos ganas de insistir en algo que no tiene sentido, nos empeñamos en que las cosas sucedan a merced de nuestra voluntad, permancemos cegados en lugar de mirar hacia otra parte que tal vez tenga más luz para nosotros.

Creo y sé que se puede ser feliz cuando uno toma conciencia del poder que tiene sobre sí mismo, del control del pensamiento positivo, de la capacidad de generarse emociones agradables y, sobre todo, de la capacidad de construir y mantener lazos interpersonales fuertes y sólidos. Es curioso que en un momento de difícultad experimentamos el gran regalo de saber que siempre hay algunas personas que están ahí pase lo que pase.

Es en ese momento, cuando descubres que el orgullo por tonterías no conduce más que a la discordia. En cambio, la generosidad y la comprensión es la clave para que una amistad pueda crecer a lo largo de los años de forma recíproca. Ojalá todos pudiésemos aprender a vivir en base a nuestras circunstancias como si tuviésemos la sabiduría que tienen aquellos afortunados que han cumplido 90 años.

Tal vez, si tuviesen el privilegio de volver atrás querrían vivir de forma diferente. Darían importancia a lo que de verdad tiene valor. Sin duda, aprender a vivir implica también la capacidad de uno mismo de compartir su mundo interior con los demás para poder crecer gracias a los consejos y la sabiduría de otras personas. Aunque por supuesto, la última palabra en relación con la propia vida sólo la tiene aquel que se atreve a ser y mostrarse tal y como es ante los demás.

 

Imagen: Flickr-Rodrigo Huerta

 

 

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.