Cultura

Lo onírico, lo real: una vida de sueño

Jardines de Luxemburgo, París

Jardines de Luxemburgo, París

Noches bajo las estrellas y el olor a sal en las islas griegas, un café en los Campos Elíseos, un paseo en Roma y, aunque a veces estresante, el bullicio de Londres o Nueva York…, y esto sólo un aperitivo. Los sueños hechos realidad, un espacio para lo onírico, para la ruptura de la monotonía, para la evasión. Viajar a otros lugares, conocer otras culturas, ambientes, personas y costumbres. ¡Qué hermoso es lo desconocido y qué cautivador!

Contamos los días con ansia cuando algo así nos espera y, luego, todo pasa tan rápido. Pero siempre queda ahí, hay algo que se impregna en  nuestro ser, hasta el sabor de la pasta que comimos durante esos días en Italia y, cómo no, también los campos de girasoles, el paseo en barco por el Sena al anochecer y aquel mítico viaje con los amigos, aquel viaje que difícilmente volverá a repetirse. Vamos captando la esencia de cada lugar y reconstruyendo nuestros esquemas mentales, que nunca vuelven a ser lo que eran. Cuando regresamos siempre queremos volver y es triste cuando eso no ocurre.

Pero algunas veces decidimos no regresar a nuestro lugar de origen, continuamos escribiendo mágicas historias, continuamos nuevas aventuras en otros lugares, arriesgándonos, adaptándonos y, en definitiva, viviendo. Al igual que Gil (Owen Wilson) en Midnight in Paris, el último regalo de Woody, que viaja a su época dorada con Hemingway, Picasso, Dalí o Buñuel, genios, artistas…, y el amor. Y definitivamente se estableció allí, en París. Él descubrió la magia y el encantó de la ciudad, de sus calles, rincones, leyendas. No le costó romper con lo anterior, se abría ante él un nuevo mundo de emociones, un nuevo mundo estimulante, que le acariciaba como la brisa fresca al amanecer.

¿Y por qué no? En ocasiones todo nos parece tan lejano, tan inalcanzable, pero la realidad es otra y sólo hay que abrir los ojos un poco más y mirar hacia delante, eliminar nuestras limitaciones y llenar una maleta, o incluso no llenarla. Al igual que Gil, ¿por qué no cambiar?

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.