Cultura

Magdalena

Miriam al Magdala

Miriam al Magdala

En los Evangelios apócrifos hallados en los papiros del Mar Muerto, popularizado en ‘La Ultima Tentación de Cristo’ de Nikos Kazantzakis y ‘El Evangelio según Jesucristo’ de José Saramago, se describe que después de la resurrección de Jesús (descendiente del Rey David), este casa con Maria de Magdala (descendiente de Benjamín), con quien tuvo una hija Sara, hoy santa.  Se han realizado afirmaciones de que Jesús salió ileso de la crucifixión gracia a un coma provocado (muerte temporal o parálisis temporal de funciones vitales) producido por el brebaje a base de mandrágora vertido sobre el vinagre que le dieron en el Cruz. En el momento de la crucifixión, al pie de la cruz, estando presentes las tres Marías (la madre de Jesús, Maria, con su prima Maria de Cleofás y Maria Magdalena, además del apóstol Santiago, considerado como hermano de Jesús. Ellos le arrojaron dentro del vinagre que le dieron a beber, un brebaje de mandrágora, un planta cuya efecto de drogas puede tanto aturdir los sentidos y calmar el dolor, como en grandes cantidades puede producir un coma hasta parálisis parcial de funciones vitales. Se narra que no le fue quebrado un hueso (la costumbre era quebrar la rodilla para acelerar la muerte), pero se dice ‘expiro’ antes, por que el soldado romano (San Longinus), para verificar su muerte le incrusto una lanza que trapazo entre las costillas (en la Biblia se narra que su sangre chorreo como agua curando un ojo tuerto del soldado, que cayo de rodillas asombrado ante tal hecho ‘milagroso’). Dicha hipótesis sostiene un proceso paulatino de curación durante las visitas de las tres Marías al sepulcro, donde iban a lavar el cuerpo, siendo quienes fueron las que anunciaron inicialmente la ‘resurrección’ de Jesús ante los apóstoles, que fue posteriormente corroborado en persona por los apóstoles, tal como narra los evangelios de la Biblia sobre el encuentro de Jesús con sus discípulos.

 

Luego de la crucifixión Jesús huyo lejos de la orbita del Imperio Romano, al igual que sus apóstoles diseminados en misiones por toda la tierra; Jesús tal vez pudo irse a predicar entre pueblos nómadas arábigos pre-musulmanes donde hoy esta Afganistán, haber sido creído un sabio profeta, y ser enterrado al morir en un mausoleo en esa región, como plantea el descubrimiento histórico de un profeta Jeshua, encontrado en un mausoleo de Afganistán, venerado por poblaciones arábigas pre-musulmanes del siglo I (el Islam conoce a Jesús como el profeta Isa). Un Jesús sanado de la crucifixión y perseguido por Roma, debía huir lejos del dominio del Imperio Romano, y en todo caso haría igual predicación de la verdad revelada que sus apóstoles, los cuales se fueron por toda la tierra conocida (Santiago esta enterrado en España, Pablo y Pedro están enterrados en Roma, Tomas esta enterrado en Norte de África, Juan esta enterrado en Grecia); así muchos de sus apóstoles están sepultados en varios lugares de Europa, en donde se han erigido Basílicas, Catedrales e Iglesias en su honor, entre la principal está la Basílica de San Pedro, en el corazón de Roma, en el Vaticano. Muchos investigadores apuntan que al igual que Maria Magdalena, Jesús huyo con tal comunidad cristiana al sur de Francia, acompañado de su descendencia (Santa Sara), y puede tal vez estar enterrado junto a Maria Magdalena, cuyos restos reposan en los sótanos de la Basílica de Santa Maria de Magdalena, en el pueblo de Rennes-le-Château del sur de Francia, cuyo párroco, Berènger Saunière, encontró en el pasado siglo XX ciertos descubrimientos arqueológicos que lo hizo misteriosa e inmensamente rico. Esta comunidad cristiana, encabezada por José de Alimatea, se traslado a Galias (Francia), con Maria Magdalena, su hija Sará (interpretada como el “santo “grial” o sangre real), y probablemente el mismo Jesús, huyendo así de las persecuciones desatada contra los cristianos en Judea, tanto por los romanos como por los fariseos y el sanedrín judaico (en el año 70 D.C. durante la rebelión de los Celotes dirigidos por Barrabas – luego hecho esclavo de Roma y bautizado cristiano en las catacumbas por el apóstol Pedro – Israel fue invadida por las Legiones romanas, destruido el templo de Jerusalén y creando la diáspora judaica desde Tierra Santa); así como emigraron otros apóstoles en predicación del cristianismo entre las nuevas comunidades cristianas (las primeras siete iglesias) que se establecieron a lo largo de todo el mediterráneo, desde Oriente a Europa.

 

Una hipótesis crucial para la recomposición histórica ha sido el descubrimiento arqueológico de los papiros del Mar Muerto (1947) que contiene nuevas narraciones de los evangelios, descritos ahora como ‘evangelios apócrifos’; así como las investigaciones acerca del secreto de la Orden de los Templarios, que describen haber descubierto en las cruzadas y custodia de Jerusalén, parte de nuevas narraciones de los evangelios, además de grandes tesoros, e incluso después hasta la posible tumba de Jesús, por lo que estos nuevos datos (además del poder y la riqueza) les enfrento a la Iglesia hasta su juicio por herejía y disolución de la orden del Temple, donde algunos sobrevivieron y mantuvieron tales secretos, radicados en partes de Europa como en Bretaña, siendo el mismo secreto en parte argumentado como herencia del Priorato de Sión, observados por varios autores modernos como custodios generacionales del secreto de la historia de la supervivencia de la sangre real de Jesús y Magdalena, con su hija Santa Sara, hasta su descendencia entre los merovingios y dinastías reales europeas. Así la hija de Jesús y Maria de Magdalena, Santa Sara, tuvo descendencia que se mezclo por matrimonio con los antepasados de los merovingios; Cludovico I, rey de los merovingios, sería descendiente de Jesús, en este sentido de su hija Santa Sara. Los merovingios fueron el primer reino franco de origen bárbaro en convertirse al cristianismo, tiempo después de la conversión del Imperio Romano durante el reinado de Constantino, tanto como de los merovingios descienden muchas familias nobles europeas e incluso la gran mayoría de las dinastías reales de Europa, en especial de la casa real francesa.

 

Los evangelios ‘apócrifos’ son de libre acceso publico, testimonios que incluyen a los evangelios de Felipe, Tomas, Judas, y la misma Maria Magdalena, de Santiago, Pedro, Bartolomé, Judas Iscariote, Bernabé, Nicodemo, Valentín, Taciano y Amonio, así como los evangelios apócrifos de Juan, Marcos, Mateo y Pablo, el llamado evangelio de El Salvador (acerca de la segunda venida redentora de Jesús ante el fin de los tiempos), como los evangelios de los hebreos, egipcios, ebionitas, armenios y nazarenos, así como el evangelio de la natividad e infancia de Jesús. Son variaciones múltiples de los actuales evangelios canónicos (Evangelios de Mateo, Marcos, Lucas y Juan; junto con los hechos de los apóstoles, las epístolas de Pablo y las revelaciones apocalípticas de Juan), que están contenidos en el Nuevo Testamento de la Biblia Cristiana (adjunta al Antiguo Testamento basado en la tradición hebraica de la Tora y el Talmud), que fueron los aprobados durante el Concilio de Nicea mediante el cual el emperador romano Constantino adopto a la religión cristiana como la religión oficial de todo el imperio romano (excluyendo al anterior paganismo romano) a los 300 años después de la crucifixión de Jesús, siendo así el triunfo final del cristianismo como la religión central de Europa, posteriormente de occidente y luego a ser la principal religión del mundo. Mas tales afirmaciones, nunca jamás, serán reconocidas por la Iglesia Católica, pues socava los cimientos del Cristianismo, base de la Civilización Occidental, nada menos que la civilización en cuyo epicentro se mueve el mundo. Así es el dilema de la investigación científica, histórica y arqueológica, que se abre paso poco a poco, ante la religión como dogma de fe, ante la especulación intelectual y ante diversas hipótesis que se contraponen como un rompecabezas, que apenas inicia a tomar forma, pero que con el tiempo deberá mostrar a toda la humanidad, la totalidad de la verdad con todo su resplandor. La historia puede tener muchas interpretaciones y diversas perspectivas, pero existe una sola realidad ante la descripción objetiva de los hechos históricos, de lo ocurrido tal como ocurrió, así como su repercusión histórica ante las sociedades a través de los tiempos, al decir en el Evangelio Bíblico por el mismo rabí (maestro) Yeshua al Nazri (Jesús de Nazareth): ‘La Verdad os hará Libres’.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.