Cultura

La Ardilla y el Mirón. Relato

Una ardilla vive en mis pinos. Tenía signos de su existencia desde hace tiempo, a tenor de las muestras, cada vez más frecuentes, de algunas piñas roídas limpiamente, como mondadas, y fugaces visiones de la susodicha, que casi no permitían identificar una sombra que aparecía y desaparecía con la misma inmediatez.

Pero la paciencia es buena consejera y el tiempo trae siempre los momentos propicios.

Una mañana, la vi trepar por el tronco de un pino cercano y ya no hubo lugar para la duda. Tenía como vecina a una ardilla con la cola roja, que se dejaba ver en súbitas apariciones, cada vez más frecuentes.

 

Sospeché que un antiguo nido podía servirle de cobijo, aunque la altura a la que estaba no permitía una buena observación. Mientras tanto, ella, se permitía algún gesto, como  tirarme cerca alguna piña con la marca de sus dientes incisivos. En este juego de la ardilla y el mirón, los dos hemos podido inspeccionarnos, aunque ignoro qué tipo de ser verá en mí desde la altura en que se  mueve.

Esta mañana, con viento suave y un sol radiante, por fin nos hemos saludado.

He mirado a lo alto y por un instante he dudado de  aquellas piñas en racimo. Una calmada mirada me ha convencido de que era ella. Ahí estaba, inmóvil y camuflada en lo más tupido del pino, mirándome con atención. La he saludado y no me ha rehuido. He podido distinguir en sus ojillos un brillo de aceptación, pues a pesar de mi presencia, se ha asomado por entre las piñas para dejarse ver mejor. Así hemos estado largo rato, mirándonos mutuamente He retomado mi tarea de recorrer  la terraza haciéndome el despreocupado y ella, sin darme cuenta, ha desaparecido de nuevo.

El próximo encuentro será pronto, no me cabe la menor duda. La cuestión es cómo le explico que soy un perro cazador, veloz y preciso, al que le encanta cazar conejos o todo lo que se les parezca, como las ardillas, a las que no he podido  nunca hacer bajar de los pinos donde viven.

Me dolerá comerla si consigo cazarla, lo sé, pero, ¡qué quieren! El instinto es el instinto, especialmente en los perros de raza como yo.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.