Cultura

Simbologías modernas

Y llegaron hordas de escritores que colonizaron aquel lugar desconocido llamado Internet. Los aborígenes de la palabra, es decir, los viejos narradores y poetas quedaron relegados en el tiempo. Su obstinación y su poca capacidad de entendimiento a esta nueva era los condenó a ser sólo un melancólico recuerdo. Caducaron las antiguas formas de entretenimiento y la cultura se diversificó: había en el aire mayor libertad en apariencia. Los consumidores se satisfacían desde sus casas, las familias se convirtieron en entidades subversivas: el individuo es más controlable desde su soledad, aunque él o ella piense lo contrario. Los mensajes subliminales que están insertados en los medios de comunicación bombardean las mentes de los ciudadanos para controlarlos. No hay conspiración, es verdad; ni tampoco hay un gran hermano que todo lo vea; sólo hay inducciones hacia determinados fines. Las nuevas generaciones son más susceptibles al control. Nunca se darán cuenta de ello, pero son controladas desde las más altas esferas del poder. Y para eso existe el poder, para controlar; para obtener más poder. Estas hordas de escritores poseen ahora el poder.

Y van cayendo como moscas las mentes que fueron paradigmas de las anteriores generaciones. Leemos todavía sus escritos como manotazos de ahogados a punto de hundirse: intentan defenestrar a la modernidad o no verla. Y, mientras tanto, otros, los de siempre, le sacan provecho a este enfrentamiento entre los clásico y lo moderno; entre lo antiguo y lo actual.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.