Yo no sabía lo que eran las famosas penas de amor, yo me burlaba de quien de ese dolor hacía su fin del mundo, nunca lloré por nadie una lágrima sincera, ni le pedí que se quedara a cambio de una rosa, me preocupaba más lo que venía que lo que no se pudo, a nadie le dediqué siquiera una vulgar prosa, yo no tenía un pasado ni un futuro, las huellas del camino se borraban apenas llegaba a un nuevo muro, ni por un segundo alguien me detuvo de continuar mi paso lento, mi frase de cajón era tiempo al tiempo, yo jamás me suicidé por niñerías, cuando alguien lloraba, yo aplaudía, la nostalgia me era extraña, cuando los demás se estancaban, yo vivía el momento, pero ahora, a estas alturas, sólo una cosa desearía, que todo lo anterior fuera cierto.
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Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez
Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.
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