Cultura

Island Peak y cómo aclimatar a la altura (3de3)

El alpinista navarro Iñaki Ochoa de Olza

En una ocasión tuve la fortuna de conocer en persona a Iñaki Ochoa de Olza. Yo trabajaba en la Estación de esquí de Astún y él solía ir en invierno allí a entrenar. Desde la base de la estación hasta la cumbre de La Raca hay 550m de desnivel, y él los hacía foqueando tres veces en media mañana a un endiablado ritmo que te quitaba el aliento al verle subir.

Cuando le miré a los ojos y reconocí su cara, casi pude ver tras ellos todas esas cumbres del Himalaya en las que había estado. Una mirada infinita, medio perdida, como si hablando conmigo tuviera el pensamiento en otro lugar. Sólo he reconocido esos ojos cuando fui a Nepal en el año 2010, en los habitantes de las pequeñas aldeas que están a los pies de algunas de las montañas más altas del mundo.

Un Alpinista con mayúsculas, que más que excelente escalador fue excelente persona. No porque yo le conociera bien, si no por las obras sociales en las que estaba involucrado y el trato de tú a tú, como no puede ser de otro modo, con el que convívía con las gentes del Himalaya. Los frutos de estas ilusiones lo continúan sus hermanos a través de la Fundación Iñaki Ochoa de Olza – SOS Himalaya: www.soshimalaya.org.

Niños del Himalaya junto a Iñaki

Aquellas montañas fueron su hogar y su escuela. En el epílogo de su libro póstumo Bajo los cielos de Asia, estoy leyendo “En ninguna escuela, colegio o universidad me enseñaron jamás cosas ni siquiera parecidas a las que aprendí entre sus nieves y rocas”. Se refería al K2, donde había pasado, en las tres expediciones que dedicó a esta montaña, más de ocho meses.

Prácticamente todas sus ascensiones tenían un toque especial. Huía del convencionalismo de las rutas normales, de las ascensiones con oxígeno embotellado y en muchas ocasiones de las cuerdas fijas. Resumía esta filosofía alpinística como que prefería vivir un día como un tigre, que cien años como un cordero. Así entendía este hombre la montaña y la vida.

El 23 de mayo de 2008, tras cinco días aguantando en su tienda a 7.400m falleció. Se encontraba junto al rumano Horia Collibasnau y se desplomó en su tienda tras bajar de las cercanías de la cumbre del Annapurna como consecuencia de un edema pulmonar que derivó en un derrame cerebral. Sin posibilidad de bajar por sus propios medios, y en un entorno en el que sólo un equipo de rescate potente, como el que de hecho se movilizó al segundo de conocerse su estado, fue lo que agravó a tanta altitud su edema.

Equipo de rescate que se movilizó nada más conocer el estado de Iñaki

Tristemente este suceso se ha repetido en muchas ocasiones. En otros artículos de esta serie de aclimatación a la altura he repetido varias veces que la solución a los problemas de la altura es descender. Pero en ciertas rutas y a cierta altitud puede suceder que uno mismo no pueda descender por su propio pie. Veremos en este último artículo qué opciones se tienen para barajar el riesgo que cada uno desee asumir teniendo todas las cartas en la mano.

 

Edema Pulmonar de Altura

 

Alpinista con síntomas de edema pulmonar, administrándole oxígeno embotellado

Después de padecer los síntomas del Mal de Altura, o también llamado Mal Agudo de Montaña, que como se ha dicho es un mal benigno y pasajero, puede sobrevenir el Edema Pulmonar. No hay una relación directa por la que sufrir un edema signifique que el alpinista no ha aclimatado correctamente o que ha ignorado las recomendaciones de descender si le dolía mucho la cabeza o tenía vómitos. Pero sí la hay al revés, es decir, que todo aquel que sintiendo los síntomas más graves los ignore provocará que el mal evolucione en edema pulmonar.

Por otra parte, se puede decir, que existe una gran susceptibilidad individual a padecerlo. Tanto en personas como en situaciones. O sea, que un alpinista que nunca lo haya padecido puede que en otra expedición, si se dan las circunstancias, puede manifestar los síntomas. Que son:

Inicialmente

–         dificultad para respirar anormal (disnea)

–         cansancio excesivo, incluso psicológico (astenia)

–         tos seca

–         mal de altura asociado

Cuando ha evolucionado el edema

–         piel pálida y azulada en cara, manos y pies (cianosis)

–         disnea de reposo

–         ruidos raros en la respiración (estertores respiratorios)

–         ritmo cardiaco excesivo o anormal en reposo (taquicardias)

–         fiebre

–         tos seca con expectoración

Como ya se puede uno imaginar, con semejante panorama es difícil continuar con la ascensión, aunque puede que también lo sea con el descenso. La curación de todos estos síntomas es rápida y puede que duren incluso después de llegar a casa durante unos meses. Eso sí, no quedará ninguna secuela de ellos. Recuerdo que en una expedición al Elbruz, de tan sólo 5.642m de altura, un compañero tuvo algunos de estos síntomas a 4.100m y aún le duró alguno de ellos tres meses después de volver del viaje. Por supuesto, al día siguiente de bajar se recuperó completamente.

 

Comparación de pulmones con edema (izq.) y pulmones sanos 5 días después (drch.)

El mecanismo fisiológico por el que se produce, se basa, evidentemente, por las bajas condiciones de presión atmosférica. Debido a ello las arterias pulmonares de los alveolos se atrofian al dejar de realizar su función (convertir el oxígeno del aire en oxígeno circulatorio en la sangre) y por ello aumenta la presión arterial pulmonar. Es decir, que la sangre venosa que llega a los pulmones al no tener retorno arterial en las zonas atrofiadas (vasoconstreñidas) va a las zonas no atrofiadas aumentando la presión que mencionaba. Este aumento de presión provoca daños en estos capilares y encharcamiento de fluidos en los alveolos, que es en definitiva el edema localizado en esa zona. Al hacer una radiografía de los enfermos de edema pulmonar de altura se ven zonas sanas y zonas dañadas, más o menos grandes en función de lo avanzado del edema.

Se ha establecido, en el estudio que cité en la entrega anterior de la Universidad de Buenos Aires en el Aconcagua, que en el 44% de los casos no tratados el alpinista falleció. Lo cual nos lleva a preguntarnos cuál es el tratamiento.

–         lo primordial es descender. En esta fase el montañero todavía puede caminar aunque con mucho esfuerzo. Un compañero le tendrá que ayudar a llevar parte de su carga y estar atento en las maniobras de seguridad. Poco a poco verá como con menos altura se va encontrando mejor. Si no es posible descender se ha de saber que el edema puede evolucionar y conducir a la muerte.

Cámara hiperbárica en una tienda del campo base.

Si las dificultades técnicas para descender, el cansancio de los compañeros o la ausencia de estos, o también si debido a las inclemencias meteorológicas no fuera posible el descenso el modo de administrar al alpinista más presión de oxígeno es gracias a las bombonas de oxígeno o bien una cámara hiperbárica. El inconveniente es que estas cámaras se encuentran en el Campo Base y alguien tendría que subirla hasta donde se encuentra el enfermo. Con oxígeno embotellado a un caudal de 3l/min ya se nota una significativa mejoría, de modo que con una bombona normal que contiene cerca de 1800l de oxígeno enriquecido es posible aguantar así 10h.

–         administrarle acetazolamida (125 ó 250mg) y dexametasona (4mg) cada 6h. La segunda es más efectiva que la primera, pero la combinación de ambas, coinciden muchos autores, es lo mejor. Vease el estudio del biólogo Jean-Paul Richalet de la Universidad de Paris:

http://www.chups.jussieu.fr/polys/dus/diumedvoyages/Richalet.pdf

Hay que saber también que la dexa, como comúnmente se la conoce, va fatal para el estómago, de modo que mejor tomarla junto a un protector gástrico.

–         En el mismo estudio, así como en el manual de montaña del médico Javier Botella, “Mal de Altura – Prevención y tratamiento”, se aconseja más la administración sublingual de Nifedipina (10-20mg cada 6h).

–         Y por último, un estudio del año 1996, que para tratarse de medicina de montaña se considera bastante reciente, demuestra que la administración de óxido nitroso ha dado buenos resultados en alpinistas susceptibles al edema, y ninguno en aquellos que nunca lo han padecido. Lo cual abre una nueva vía de tratamiento para aquellos alpinistas que vuelvan a las andadas. Los datos se pueden consultar en la obra  “Inhaled nitric oxide for high altitude pulmonary edema” de Urs. Scherrer y sus colegas, publicado en The New England Journal of Medicin:

http://courses.csusm.edu/lbst361bby/~DATA/~EVEREST-site/3_MEDICAL/studies/96_NEJM_nitricOXIDE-PulmEDEMA.pdf

Después de salir de un episodio de edema pulmonar pocos alpinistas tienen ganas de continuar la ascensión. Sin embargo existe un caso en el que un montañero hizo cumbre en el Everest días después de recuperarse en el campo base. No obstante no es nada recomendable volver a intentarlo, puesto que la probabilidad de padecerlo de nuevo en la misma expedición es muy elevada.

Cuando se hace caso omiso de descender, o también si no fuera posible, el edema pulmonar evolucionará con toda seguridad a un edema cerebral.

 

Edema Cerebral de Altura

Un grupo de alpinistas ayudan a otro a caminar, con síntomas de edema cerebral.

La formación de este tipo de edema no tiene necesariamente que venir derivado del edema pulmonar. Sin embargo sí es una consecuencia suya. Su formación se debe a que al aumentar la presión arterial en los alveolos, la del oxígeno, disminuye la del CO2. Esto produce un aumento excesivo del pH sanguíneo. Todo esto a nivel cerebral provoca por una compensación hidrosalina (ósmosis) el paso de líquido al espacio intersticial del cerebro. De aquí los mareos y alucinaciones que experimentan muchos alpinistas en esta fase.

 

Los síntomas que se pueden llegar a experimentar son:

–         Los asociados al Mal de Altura y al Edema Pulmonar

–         un tremendo dolor de cabeza, delante y detrás. Persistente incluso tomando paracetamol

–         cambios de humor como irritabilidad

–         entorpecimiento de los movimientos (ataxia). Algunos escaladores de bajada de una cumbre de ochomil metros se han caído montaña abajo debido a no pueden coordinar los movimientos

–         Algunas veces trastornos de la consciencia y también para hablar

–         parálisis

Lo más grave de esta fase es que dura apenas unas horas o unos pocos días. Se ha calculado que el 60% de los alpinistas no tratados y que perdieron el conocimiento fallecieron por encima de 6.400m. No obstante la recuperación es total si el descenso es rápido.

En caso de que el descenso no se pueda hacer, entonces el tratamiento in-situ del alpinista enfermo deberá ser lo más rápido posible, siguiendo algunos de los siguientes pasos:

–         administración de oxígeno

–         subir hasta el herido una cámara hiperbárica para administrarle cuanto antes más de presión de aire

–         administración de corticoides como la dexametasona (4-8mg cada 6h) junto a un protector gástrico.

Como conclusión a todo esto, desde la Aclimatación, el Mal de Altura y los Edemas, podríamos preguntarnos qué es lo más importante para ir con seguridad a las altas montañas. O también, qué altura tiene que tener una gran montaña para estar expuestos a estos peligros.

En principio hay que saber y aceptar que el alpinismo es un deporte en el que no hay reglas. No estamos sujetos a ningún tipo de competición y nadie, en teoría, nos va a juzgar por cómo gestionemos nuestra ascensión. Aunque si lo que uno quiere es tener todas las herramientas y conocimientos para ascender a una montaña grande con un mayor grado de seguridad, esta serie de tres artículos le puede venir muy bien.

Todos los efectos y patologías de la altitud aquí descritos se pueden producir en montañas que cualquier montañero desdeñaría en un principio. Un Mont Blanc, por ejemplo, con 4.808m se puede pensar que no requiere de una aclimatación planificada o que cualquier persona va ser ajena a sufrir los síntomas del Mal de Altura o de un Edema Pulmonar. Se cuenta que en una de las primeras ascensiones, a finales del siglo XIX, un médico de Chamonix, el Dr. Jacottet, creo recordar, estando en el refugio de Vallot a 4.100m se encontraba muy débil, sin apetito, y con vómitos. Rechazó contundentemente la recomendación de sus compañeros de bajar, al día siguiente hizo cima y volvieron a dormir a Vallot donde pasó la noche muy mal, tosiendo, con naúseas y un dolor de cabeza muy intenso. Esa misma noche, cuentan, que hablaba con torpeza, empezó a tiritar y cayó en coma. Por la noche falleció.  Es el primer caso de edema pulmonar que se relata en los Alpes, y tan sólo fue a poco más de 4.000m.

 

Cartel de aviso en la provincia de Pichincha, Ecuador

A riesgo de que me tomen ustedes por pesado, y abusando de su confianza en esta tercera entrega hablando de lo mismo, les voy a recordar una vez más los pasos para prevenir este tipo de sucesos.

Planificar la ascensión con todo lujo de detalles

  • qué se hará cada día: descanso, visitas turísticas, ruta de treking desde A hasta B describiendolo con mapas, altura de inicio y final, desnivel, punto de máxima altura por la que se pasará, etc.
  • Preparar planos de ciudades, mapas de montaña y croquis de las rutas. Llevar también brújula (no necesitan pilas)
  • Gestionar con antelación los servicios necesarios: vuelos, permisos, agencias, porteadores, guías, comida, hoteles, etc.

Aclimatar progresivamente

  • Calcular las horas de camino que hay en cada etapa, así como los desniveles y mostrar los datos una gráfica.
  • No planificar desniveles mayores de 800m a partir de 4.000m de altura. Ni tampoco jornadas de más de 8h
  • Procurar no ir excesivamente cargados (límite 10Kg) en estas jornadas de aclimatación
  • Descansar un día, cada 3-4 días de treking. Sobre todo a partir de 4.000m
  • Bajar de altura, si es posible, en el día de descanso
  • Controlar los síntomas de Mal de Altura de cada compañero para aconsejarle mejor.
  • Tomar paracetamol a partir de 3.500m
  • Estar constantemente hidratado
  • Controlarse las pulsaciones y saturación de oxígeno mediante un pulsioxímetro digital todos los días a la hora de la cena

Realizar la ascensión a la montaña con prudencia

  • Utilizar los porteos a los campos de altura para terminar el proceso de aclimatación. Como regla general una montaña con tres campos de altura, requiere pasar 3 noches en el C1, 2 noches en el C2, y sólo 1 noche en el C3, tras la cual se hace cumbre y se baja recogiendo todo.
  • Así mismo planificar más días de descanso, y eventualmente días de mal tiempo, tras bajar de los campos más altos que en los más bajos
  • Llevar un botiquín de altura por persona, con paracetamol, acetazolamida, dexametasona, nipedifina, colirio, antibiótico genérico de amplio espectro, suero hiposódico, pastillas para la tos, para vómitos y para la diarrea. Aconsejo que un médico de confianza os lo consiga y os escriba detrás de cada blister de pastillas para qué son (en palabras coloquiales y entendibles) y la posología. Además de material para curas: vendas, tiritas, esparadrapo, etc.
  • Estar constantemente hidratado
  • Para alturas más extremas, a partir de 7.000m mi recomendación es disponer al menos en el campo base de una cámara hiperbárica y de oxígeno embotellado
  • Para alturas superiores a 8.000m y según la elección de cada uno se puede llevar también sólo para el día de cumbre bombonas de oxígeno. Si no para subir a cumbre con ellas, al menos para tenerlas de modo preventivo en el último campo de altura.
  • Si es posible disponer de un servicio de información meteorológica

Los rescates y el plan B

  • Ir a las expediciones con la tarjeta federativa. Además de tener el seguro de primera asistencia sanitaria hay cobertura de repatriación. Esto viene muy bien cuando hay que adelantar la vuelta a casa y no estar esperando en el extranjero y enfermo.
  • Informarse de los mecanismos de rescate en montaña, bien sea por helicóptero o en vehículo. En Nepal para que te saquen de un campo de altura hay que pagar entorno a 5.000$, del campo base aproximadamente 1000$.
  • No permanecer nunca sólo a partir del campo base.

Espero que estas pequeñas recomendaciones les sean útiles a todos en sus próximas ascensiones. Si ha leído hasta aquí sin presentar síntomas de mal de altura: dolor de cabeza o alteración del sueño, es que el tema le preocupa. Estaré encantado de resolver cualquier duda por correo ([email protected]), y de organizar vuestra expedición. Hay un montón de montañas preciosas ahí fuera, pero merece la pena organizarlas cuidadosamente.

 

Raúl Muñoz – guía de alta montaña

www.guiasdejaca.es

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.