Cultura

Una nota perdida

Siempre te quise, en sepia, en ese extraño combo de sentidos entre el mar, el desorden y el  salitre, al que alejo del moho. En la humedad de las tormentas me viene a la boca una parola casi triste que no termina de llorarte, y aún así adoro verte tras ojos cerrados bajando las escaleras, siempre preocupado por ser tan suave, olvidando apasionarte, perdiéndote en lo que has hecho de vos.
Y pienso en apreciarte con el tímido cariño que nace en las manos y que solo sacia una caricia en tu cara, y duermo esperando guardarte en mis brazos al primer rato de sol de cualquier parte.
Busco palabras que te contengan, y empiezo por “vos” que significa también tu nombre y encierro tus rosas que nunca florecen, tu voz que se cansa de noche, el aire sobre la mesa entre los dos, y cada letra me queda chica y cada silencio se cae del renglón… y nada forma tus formas, y nada suena a tus pasos, ningún exacto color encuentra en mi lápiz tu correspondencia.
Un fatídico encanto de inmensidad se ahoga en el exacto momento en que levanto la vista y comienzo a fumar, y un pedacito de pared comienza a rodar tu sonrisa tal como la recuerdo tan cerca de que mis dedos atados la puedan tocar…
Cada intento de traerte en un papel es imposible, se estrella en tu recuerdo sordo y hemipléjico, y descansa nuevamente en mi lengua y paladar, trago cada segundo en que estuvimos cerca, y vuelvo a guardarnos en un antiguo ritual.
Escribo “te amo”… “triste”… “dulce”… “extraño”… “fuerte”… y vuelvo a pertenecerte y volvés a recordarme, en un ínfimo segundo nos vemos, en un infinito plano seguimos unidos “uniti dai vestiti alle radici, uniti d’autunno,d’acqua,di fianchi, fino ad essere solo tu,sol io uniti…”[1]


[1] Hace referencia a una traducción al italiano, de un texto de Pablo Neruda.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.