Sociopolítica

Regás y los monstruos fetales

Rosa Regás nos obsequió ayer, 30 de julio, en El Mundo Digital con uno de esos escritos que reúnen en algo más de 700 palabras toda la retahíla de lugares comunes, estereotipos, consignas y sutiles manipulaciones propias de personalidades dogmáticas escoradas hacia la ideología auténticamente verdadera.

Veamos algunas de ellas:

1.   Regás dice que la inmensa mayoría se ha mostrado contraria a la nueva ley del aborto. Aquí nos encontramos con un sesgo doble: Por un lado la articulista afirma que hay una mayoría que piensa como ella –aunque no dice qué elementos objetivos sustentan esa afirmación-, y por el otro basa su presunción de verdad -su opinión- en el simple hecho de la existencia esa supuesta mayoría que opina como ella –como si la mayoría tuviera por sí misma la fuerza de la razón-.

2.   Regás identifica el concepto de malformación fetal con el de grave malformación fetallo cual sugiere que ella no realiza una distinción entre ambas circunstancias a la hora de valorar la legitimidad de la práctica de los abortos.

La distinción entre simple grave malformación fetal podría dar lugar a algún tipo de debate sobre este controvertido asunto, pero desde luego, afirmar que la malformación –es decir, la simple malformación- es justificativa del aborto suena a elección de conveniencia propia para la madre más que a elección de conveniencia o protección de derechos para la futura persona. Lo vamos a plantear de otra forma: ¿Pretende Regás que exista la posibilidad legal de abortar fetos con cualquier malformación, incluso las que se pueden solucionar postparto? Según su criterio, ¿el labio leporino o el enanismo son malformaciones habilitantes para practicar el aborto?

3.   Regás nos ofrece a continuación un motivo proabortista recurrente, aunque algo perverso: Los malformados deben abortarse… por el propio bien de ellos mismos; de ahí la conmovedora frase “no querer dar la vida a alguien que no puede disfrutarla”. Es de agradecer la preocupación de Regás por el problemático bienestar de los malformados, nominados “monstruos” con reiteración en su artículo, pero es muy inquietante que pretenda solucionar sus problemas de monstruosidad por el procedimiento de mandarlos al vertedero antes de nacer.

Por otro lado, prestando atención a los detalles puede encontrarse la verdadera motivación abortista de Regás en la frase “tragedia de un hogar con hijo en esas condiciones”, expresión que nos dirige por segunda vez hacia la razón basada en la conveniencia de la embarazada más que en la conveniencia o derechos del feto. Si lo quieren más claro: para Regás, la motivación del aborto no es la malformación del feto per se, sino las consecuencias que tendrá el niño malformado para la vida de su madre. Dicho de otra forma: para Regás la madre debe tener el derecho de abortar libremente, sin restricción alguna.

4.   Regás, quizá algo falta de munición abortista novedosa, carga con pólvora del siglo pasado con el rollo de que con la nueva ley solo las ricas podrán ir a Londres a abortar y tal y tal, recurriendo a toda esa propaganda de clases privilegiadas y clases sometidas que aburriría al mismísimo Bakunin; como si la mayor parte de las mujeres que han abortado en España –ricas o pobres- no hubieran pagado desde hace años por ello en nuestro país.

En la misma línea, Regás introduce la consigna opositora estrella en estos tiempos de incertidumbre económica: la nueva regulación sobre el aborto es reflejo del mundo que nos ofrece este Gobierno; ventajas para los ricos y especuladores, desventajas para los demás. Leyéndola, parece que Gallardón va a reformar la ley del aborto sólo por joder a los pobres, vamos.

Para darle más intensidad a la soflama, nos habla de ultra-católicos, obispos y retrógrados, y nos recuerda que la norma antiabortista no se propone por cuestiones morales, ya que es impuesta por un gobierno que “…deja sin trabajo y sin dignidad a la mitad de los jóvenes y a cientos de miles de familias y de ciudadanos, que impone drásticos recortes en derechos sociales, que ignora la corrupción y que concede sueldos escandalosos a sus políticos y banqueros…”.

Y como colofón, Regás utiliza la falacia del descrédito personal del adversario con su esplendoroso párrafo antefinal, que reproducimos literalmente con su mención al fascismo y todo –no hay escrito dogmático de un progresista que no deba contenerlo- porque nos hemos pasado de extensión y el administrador nos va a reducir la ya limitada retribución por palabra.

“Es curioso que los que defienden la anulación del aborto en los casos de malformación del feto con el pretexto de defender la vida, sean los mismos que durante veinte siglos han vivido de privilegios y riquezas, de matanzas y  guerras, y que lo siguen haciendo hoy si es preciso para sus intereses; los mismos que aplicaron la muerte en la hoguera y las torturas durante la siniestra Inquisición que ellos fundaron; los mismos que contemplaron impertérritos los cientos de miles de crímenes que en nombre de Dios cometieron los fascistas españoles, de todo lo cual ni se han arrepentido ni han pedido perdón, es más, siguen luchando para recuperar un poder terrenal ?que no celestial- con el que ejercer en el mundo entero el macabro camino de la marginación, la tortura y la muerte. Aunque en las escuelas españolas no se hable jamás de ello”.

Joder, joder, joder, ¿a que Gallardón y los suyos van a ser vampiros?

Nota: el subrayado del párrafo de Regás lo hemos hecho nosotros para focalizar la atención de los lectores sobre la longevidad de estos tipos que hacen tanto daño.

Y aquí está el link del artículo de  Rosa Regás, cuya opinión se comenta en esta entrada.
Nota para el lector despistado: esta entrada no pretende aportar la opinión del autor sobre el aborto en general ni sobre el aborto por malformación. Esta entrada muestra la opinión del autor sobre la forma y contenido de los razonamientos de la señora Regás en su artículo. Es lo que tiene la libertad de expresión.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.