Después de estar desconectados durante un mes, aquí estoy de nuevo para expresar por escrito algunas reflexiones que me han llamado la atención y que no tienen nada que ver entre ellas. O sí, según como se mire.Para empezar, los incendios en Canarias. Cuando me fui a la isla de La Palma estaban en su pleno apogeo. Conclusiones que saco: incendios provocados y ningún pirómano, que se sepa, merecedor de trabajos forzados o cárcel, gobierno autónomo inepto e ignorante, más desgracia para los que menos tienen, destrucción medio ambiental e intereses ocultos que, a la espera estamos de que salgan a la luz en un futuro. Finalmente, los días transcurren con normalidad como si nada hubiese pasado. Inconcebible.
Seguimos. Aunque Tordesillas me quede lejos, el 11 de septiembre, si alguien con cordura no lo remedia, un animal será brutalmente asesinado de forma cruel por unas hordas bárbaras y en nombre de una tradición ancestral. Ante este acontecimiento podemos seguir presumiendo ante el mundo que somos un país culto, moderno y civilizado. Eso sí, los indignados del 15M con su protesta pacífica son los causantes de una mala imagen del país. Penoso.
Penúltima. Al gobierno central, a la clase conservadora de este país y al sistema en su conjunto les ha salido un grano en el culo muy pero que muy molesto: Sánchez Gordillo. Con su actuación simbólica de entrar en un supermercado a sustraer un carro con alimentos ha hecho que muchos se rasguen las vestiduras, se tiren de los pelos y les dé un ataque de nervios. Muchos ladrones de guante blanco de mucha más envergadura y “sustrayendo” con otras artes legales dinero público se han escandalizado y de qué manera. Pero lo me sorprende sobremanera es la respuesta del ministerio del Interior que se ha agarrado a aquel axioma moral que dice: el fin no justifica los medios. ¿Habrase visto tal cinismo? ¿Pero qué está haciendo su pepépartido desde noviembre de 2011? ¿Qué medios está utilizando para alcanzar el fin (si es que llega) de la crisis? Mentiras, recortes y subida de impuestos, en definitiva, JODER a la gente, incluso a los que confiaron en ellos y les votaron. Y de paso, jodernos a todos. Para ellos, esto sí vale. Venga, hombre. Un pelín de vergüenza. El jesuita, José Ignacio González Faus le dirige esta CARTA dejándole las cosas claritas.
Y por último (de momento) quiero contarles que suelo recibir semanalmente una serie de enlaces a Internet que me envía un amigo, casi todos ellos interesantes. Y en esta última semana hay uno que sobresale por encima del resto. Se trata de un LIBRO que se puede descargar de forma gratuita. El título: ¿Futuro sin iglesias? ¿Iglesia sin futuro? Su autor es un colombiano que se llama Héctor Alfonso Torres Rojas. Se trata de un análisis profundo y exhaustivo de la problemática que rodea al sector eclesiástico en su conjunto y el cómo ha llegado a degradarse (desde hace mucho tiempo) de tal manera que o da un giro de 180 grados o desaparece del mapa, de lo que me alegraría, pero que va a resultar bastante complicado por el poder tan inmenso que subyace en sus entrañas ya que es tan fuerte como el nudo gordiano que para desatarlo hay que cortarlo de cuajo.
El mismo autor ha publicado también el pasado 8 de junio, un ARTÍCULO, paralelo a este libro suyo, en el que escribe y opina sobre la crisis del Estado de la Ciudad del Vaticano, ese nido de víboras, sedientas de poder y que sigue teniendo su club de fans.
Interesante para creyentes o no y para las personas interesadas en encontrar respuestas y/o soluciones. Interesante para tener conocimientos y argumentos de lo que se habla y cuando se habla.
