Cultura

Lluvia de otoño

Estaba Sergei recuperándose de los estragos que le había causado, “la vida en la ciudad”, como él decía eufemísticamente, cuando el Maestro le preguntó.

– Sergei, ¿no crees que ha llegado la hora de que busques alguna orientación para tu vida?

– Eso estaba pensando mientras guardaba el traje de ejecutivo. Pero ¿adónde ir, Maestro? Para monje no sirvo, ya usted sabe. Tampoco me imagino sentado en un puesto de trabajo rutinario y sometido a un horario. ¡No sirvo para estar encerrado! Tampoco creo que estoy preparado para asumir una vida de familia.

– Pues no creas que se preparan mucho más el noventa por ciento de los que se casan. Si pusieran tantas cauciones para casarse como las ponen para divorciarse algo comenzaría a enderezarse. No he visto mayor temeridad que la de lanzarse a echar hijos al mundo sin la preparación adecuada.

– ¿Y cómo hacían antes?

– Estaba la escuela del hogar tradicional. Se limitaban a repetir lo aprendido. Ahora es preciso inventar un nuevo concepto que se adapte a la realidad que existe, y eso antes de inventar un nuevo sistema.

– No me veo, Maestro, no me veo uncido a un arado.

– ¿Y aprender un oficio o prepararte para un empleo, en la ciudad?

– Maestro, no me extraña lo que dices, sino el acento. ¿Crees que voy a postularme para acompañar a Ting Chang en su nueva vida?

– Tú te lo dices todo. Escucha, Sergei lo que aconteció a una lechuza que se decidió a marcharse a otras tierras. Su amiga la tórtola le preguntó que por qué lo hacía y la lechuza le respondió “porque a la gente no le gusta mi canto”. “Bueno, le dijo la tórtola, quizás tendrías que trabajar en cambiar tu canto y si lo logras, podrás emigrar. De lo contrario, tampoco le gustará tu graznido a las gentes de otro lugar”. “¡Pero mi canto es el propio de las lechuzas!” “Entonces, será mejor que te tranquilices y recuperes el sosiego y la sabiduría que te caracterizan. ¿Qué importa que a algunos no les guste tu canto?”

Sergei se postró ante el Maestro y pasó con respeto sus dedos sobre sus sandalias. Entonces, comenzó a llover como solía.

 

J. C. Gª Fajardo

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.