Karma

¿Por qué no lo intentamos?

¿Por qué no lo intentamos?

La vida es una sucesión de hechos que, la mayor parte de las veces, se oponen a nuestros deseos mas sublimes. Siempre dudamos al tratar de encontrar el camino más adecuado o al tomar la esa decisión que pensamos que podría cambiar nuestras vidas (aceptar un trabajo, eligiendo pareja, vivienda..). Pensemos que cada una de las medidas que tomamos es la más adecuada en el momento. La única viable. Quizá con el tiempo reconsideramos la alternativa y vemos que la otra posible vía de salida hubiese sido tal vez mejor que, sin embargo, no lo era en el momento.

Pensemos que, cuando nos sucede algo, es porque otro hecho precedente ha desencadenado algún mecanismo oculto a nuestros ojos que hace que la circunstancia harto desfavorable, que nos atenaza y que  parece ahogarnos, parece haber surgido como de la nada. Muchas veces ese mecanismo oscuro de cambio y que no acertamos a ver, proviene de nosotros mismos aunque en ocasiones no sea así; nuestros designios se deciden en otro sitio que nada tiene que ver con nuestra voluntad o no de cambio.

Pensemos, por ejemplo, en un despido. En cualquier caso, superada la fase de impacto y el estado de melancolía (no se puede negar que en ocasiones se tarde mucho tiempo y que se necesite ayuda debido a esa amputación traumática de un trozo de nuestra vida) que provoca ese cambio de estado, al final siempre acabamos aceptando los hechos de una forma u otra y cediendo (qué remedio) a esa nueva fase que jamás hubiésemos sospechado que pudiera afectarnos a nosotros. Y es ahí donde podemos intervenir.

Desde luego, es necesario buscar empleo y también tratar de reciclarse en aquellos campos o materias en los que sospechemos nuestra debilidad, pero no olvidemos poseemos una vida personal que llevar adelante. Evitemos venirnos abajo y arrinconemos ese sentimiento de culpa y malestar tratando de ver ante nuestros ojos esa oportunidad de cambio que antes mencionaba. Quizá podamos advertir que, de repente, podemos ser dueños de nuestro tiempo, ese bien que se nos escurre entre los dedos cada día sin poder hacer nada por detenerlo. Nuestra vida es nuestra y nos pertenece, no dejemos que el pensamiento constante y pernicioso de culpar de todo a esos que nos gobiernan o a los empresarios que firman ERES sin piedad, aplaste nuestro ánimo quebradizo. Concedamos una oportunidad a aquello que realmente nos conmueve y veamos esa pausa con la dosis justa de optimismo para dedicar un poco de ese tiempo tan valioso a tratar de realizar esas pequeñas cosas que la actividad laboral cotidiana nos había impedido hasta la fecha.

Las circunstancias sociales, laborales, económicas y tal vez familiares que nos envuelven realmente no son las más adecuadas para andar echando grandes planes de futuro ni plantearse grandes empresas, pero podemos reconfortar el ánimo en dedicarnos a esas actividades que hasta entonces nos resultaban imposibles y que no requieren de grandes inversiones de dinero sino de tiempo, como llevar a los niños al cole, cultivar un pequeño huerto, pintar un cuadro, sentir nuestra la ciudad al pasear sin rumbo a deshora descubriendo nuevos rincones, practicar yoga y conocer nueva gente, salir a correr o a caminar, cambiar el coche por la bici, quien sabe si poder hacer el Camino de Santiago, escribir un libro, hacer pasteles, o mermeladas, o recuperar a esos amigos que antes no veíamos por falta de tiempo que asesinaba cualquier intento. Hagamos esas cosas que nos hacen sentir cómo crecemos por dentro sin pensar en que el dinero sea el último fin de cualquier actividad. Seamos únicos y verdaderos y no pensemos que la vida se acaba por dejar durante un tiempo la oficina o el banco de trabajo.

Seamos un poco egoístas y saquemos brillo a ese tiempo ya no perdido, sino todo lo contario, ganado a la vida y dediquémoslo a ensanchar un poco nuestras ansias  y las de los nuestros y dejemos que los avariciosos y los corruptos sigan su camino. Dediquémonos a crear ese espacio único y personal para nosotros y para quienes más queremos. Tal vez, comenzando desde el de la ilusión, hallemos una actividad que nos llene el ánimo y quien sabe, quizá también el bolsillo al descubrir una nueva actividad velada hasta entonces.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.