Cultura

Castillo de Santa Bárbara. Receta de Lubina

Castillo de Santa Bárbara. Receta de Lubina

Después de un largo viaje de trabajo, que me ha llevado a visitar Italia, el Norte de España, Portugal, Francia, Inglaterra, Bélgica, Holanda y Alemania, vuelvo a ponerme en mi ordenador para escribir sobre las maravillas histórico- turísticas de mi Alicante.

Castillo de Santa Bárbara

El castillo de Santa Bárbara se encuentra ubicado en el centro de la ciudad de Alicante, España, sobre el monte Benacantil, mole rocosa de 166 m de altitud lindante con el mar, lo que le confería un enorme valor estratégico, ya que desde la misma se divisa toda la bahía de Alicante y sus alrededores terrestres. La imagen de la montaña, observada desde un ángulo de la playa, semeja una cara, por lo que recibe el nombre de «la cara del moro» lo que da lugar a una leyenda que, aunque se desconoce su autor y su veracidad, es muy bella de recordar.

Dice la fabulosa leyenda: Gobernaba el castillo un sultán moro llamado Alí, que tenía una bellísima hija con el nombre de Cante. El rey moro deseaba casar a su hija con un general muy batallador, cuando llegó al castillo un capitán castellano de los ejércitos del Cid, para gestionar los acuerdos de paz. La princesa Cante entrevió al capitán, desde la celosía por la cual observaban las mujeres moras, quedando prendada del castellano, por lo que hizo lo necesario para encontrarse con él en los jardines. Enseguida nació el verdadero amor.

Con el rechazo del rey Alí a dicho amor, la hija se dejó morir. El padre, desesperado, se lanzó desde la muralla de levante, quedando su cara plasmada en la roca del castillo.

En sus laderas se han encontrado restos arqueológicos de la Edad del Bronce, ibéricos y de la época romana, si bien el origen de la actual fortaleza hay que buscarlo a finales del siglo IX, cuando la dominación musulmana.

Adquiere este castillo el nombre de Santa Bárbara porque el día de su festividad, 4 de diciembre, en 1248, la tomó a los árabes el infante Alfonso de Castilla, futuro rey Alfonso X el Sabio. Tras una dura resistencia por parte de su alcaide Nicolás Peris, en 1296 Jaime II se posesiona de todo el recinto para la Corona de Aragón y ordena su remodelación. Casi un siglo después, Pedro IV el Ceremonioso manda sea rectificado el recinto y el rey Carlos I ordenará su fortificación a comienzos del siglo XVI.

Muy bien conservado y digno de visitar, se divide este castillo en tres recintos bien diferenciados:

El primero de ellos es el más alto, se le conoce por «La torreta», al encontrarse en él la vieja Torre del Homenaje, y tiene los vestigios más antiguos de toda la fortaleza: unos basamentos de los siglos XI al XIII. En este recinto contemplamos, entre otros, el llamado Baluarte de los Ingleses, así como otras dependencias: Parque de Ingenieros, Sala Noble, que fuera hospital, Casa del Gobernador, etc. La explanada más elevada es conocida como «Macho del Castillo»; en ella estuvo la antigua alcazaba. El recinto intermedio corresponde a las dependencias más importantes, concluidas en 1580: Salón Felipe II, antiguo Cuerpo de la Tropa frente al amplio Patio de Armas a cuyas espaldas se hallan las ruinas de la ermita de Santa Bárbara, Cuerpo de Guardia, Baluarte de la Reina.

Podemos acceder al Castillo por la carretera y por un ascensor que tiene su entrada frente a la playa del Postiguet, de fácil orientación.

Receta de: Lubina con ralladuras del pan perfumadas

Ingredientes: Para 4 personas

1 Lubina de 1,5 Kg.

200 gr. De pan Rallado

2 dientes de ajo

Ramita de Romero

Sal, pimienta

¼ vasito de aceite

¼ vasito vino Blanco

Papel de hornear

Para acompañar

Rúcala y Tomates cerezas

Ejecución

Podemos pedir al pescadero que nos limpie la Lubina y le quite la espina central. Una vez realizado este trabajo, lavamos muy bien el pescado, se seca con papel absorbente.  Se unta el pescado con un poco de aceite de oliva y se pasa por el preparado de pan rallado con ajo muy picadito, romero también muy picado, sal y pimienta.

Lo ponemos el pescado en forma redondeada y con la cabeza cortada en una fuente de hornear agregamos el vino blanco para que haga jugo y lo cubrimos con papel de hornear.

Horno 180º durante 15 minutos.

Sacamos el pescado del horno y lo servimos en una fuente con rúcula y tomatitos cerezas.

Bon apetito.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.