Sociopolítica

La burguesía financiera y la impotencia de Rajoy

La burguesía financiera y Rajoy son incapaces de encontrar una salida al estado de crisis permanente en el que estamos instalados. No existe ningún síntoma de que se pueda salir de ésta por la política fiscal y ausencia de planificación política que nos indicara qué motores se van a poner en marcha para impulsar el crecimiento económico. No se sabe nada porque no se hace nada. No se hace nada sencillamente porque no es que estemos igual es que cada día estamos peor. ¿Cómo es posible permanecer ante esta situación sin que el gobierno sea capaz de hacer absolutamente nada?

Señor Rajoy, usted, su gobierno, su partido, son los protectores del capitalismo y la garantía absoluta de que los especuladores y los banqueros serán los únicos beneficiarios de su política económica.

La pregunta clave sería ¿cuál es el motor económico que debe poner en marcha la actividad económica? Sencillamente, no existe. Hasta tal punto es desesperante que ni tan si quiera se lo han planteado. Rajoy vive con la idea económicamente liberal o ultraliberal de que serán los pequeños empresarios quienes, una vez saneado el sistema bancario, pondrán en marcha el motor de la economía. Este argumento se cae por su propio peso por la sencilla razón de que la crisis tiene una causa directa en el desplome de la construcción y al irse desplomando piso por piso toda la actividad económica asociada a ella se ha ido desplomando. El paro ha reducido el poder adquisitivo. La reducción del poder adquisitivo a arrastrado al cierre de cientos de miles de pequeñas y medianas empresas, desde una zapatería hasta la venta de automóviles.

De manera que, si no existe un motor económico que vuelva a crear cientos de miles de puestos de trabajo, no se transformarán los parados en consumidores y mientras esto no ocurra que Rajoy se olvide de que la pequeña empresa se va a poner a andar por su propio pie. ¿Cómo? señor Rajoy si previamente no se han creado los miles de consumidores que serían ellos quienes impulsarían la creación de pequeñas y medianas empresas y nunca al revés. El error fundamental es que la economía liberal ha vuelto, una vez más, a fracasar después de haber enriquecido a los especuladores y a miles de empresarios. Pero, la única solución posible que no consiste en otra medida que en intervenir y planificar es desechada por esta derecha radical liberal.

Todo tiene su explicación en que Rajoy, al servicio del capital financiero y especulativo, sólo tiene un objetivo: salvar a éstos dejando caer la sociedad de bienestar para que, sobre sus ruinas, el capital se salve y aplique el salvaje liberalismo económico, que siente pánico ante cualquier intervención y planificación estatal. Un liberalismo de sálvese el que pueda.

Ocurre que en esta situación, ni Rajoy ni el capital financiero pueden ser identificados con los intereses de las clases medias y, por supuesto, con los de los trabajadores. Todos ellos quedan abandonados a su propia suerte. Si bien, sigue resultando paradójico que la pequeña y mediana burguesía se sienta representada por el P.P.

En este proceso de degradación económica y social los españoles acabarán en un estado de supervivencia, poco más que en los orígenes de la revolución industrial porque ahora, además son consumidores y como tales, están endeudados con el capital al que deben pagar los intereses de sus hipotecas. Esta dependencia hipotecaría los salvará de quedar en estado de absoluta supervivencia. Porque el capital los necesita como deudores.

El problema es que la pequeña y mediana burguesía, los profesionales, comerciantes y empresarios no podrán seguir sosteniendo sus empresas y tendrán que reducir su poder adquisitivo porque los consumidores consumirán menos productos para poder pagar las hipotecas. Nos dejarán vivir para poder pagar las deudas. Este parece ser el estado en el que quedaremos.

A Rajoy no es que le importe lo más mínimo frenar esta situación. No es que no sepa, es que no puede saber porque su objetivo de salvar el capital pasa por la destrucción del estado de bienestar. Ese nido en el que se alimenta los partidos de izquierda. Si destruye el Estado de bienestar destruye la base social de la izquierda. Este es el secreto. Uno de los ejes de su política.

El otro eje tampoco es difícil de adivinar. Manteniendo un ejército de reserva, una inmensa bolsa de parados sin solución de volver a encontrar trabajo, tira los sueldos a la baja creando una competitividad entre los trabajadores en lucha por un puesto de trabajo, que se llevará el que exija menos. Menos derechos, menos sueldo, menos calidad, sanitaria, menos educación, menos vacaciones, más horas de trabajo…

Llegados a esta ruin situación a las clases medias les parecerá un privilegio conservar lo poco que puedan conservar porque se sentirán en mejor situación que los obreros y los parados. Eso creen. Y lo creen porque han perdido toda esperanza. Qué le queda a la juventud ante tal perspectiva. Ser eternamente jóvenes o morir.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.