Cultura

Frente a las astas de “Navajito”: Miguel Calvo, recortador

Detalle capotesMiguel Calvo tiene 20 años a sus espaldas y cuatro frente a las astas taurinas en el ruedo. Estudió en Santo Domingo de Silos, en Zaragoza, y al acabar Secundaria pensó que su vida carecía de emoción, se puso unos pantalones blancos, se ató una cuerda a la cintura, y saltó al ruedo. Desde entonces es recortador.

Tiene una mirada profunda, y una amplia sonrisa que contrasta con la seriedad de sus palabras. Cuando hablamos de su cogida levanta los ojos al cielo un segundo para recordar  la embestida del toro “Navajito” rebozándolo en la arena en una estival tarde en que la ovación sobrepasaba el tejado de la plaza zaragozana. “Es la vez que más miedo he pasado en toda mi vida, pero no me puedo quejar. El toro me respetó”, afirma Miguel.

¿Qué es exactamente un recortador?

El recortador es el que muestra su arte exhibiéndose delante del toro. Intenta recortarlo para que no le pille y quede bien.

¿Cómo nace su pasión por los toros?

Ya desde pequeño, con seis años iba a casa de mi abuelo y siempre me ponía películas de toros, o si había corrida, la veía. Me pegaba tres horas viendo películas de toros todos los sábados.

¿Hay distintos tipos de recortadores?

Existen varios tipos de recortes, como el de chaquetilla, en el que usas una chaqueta para confundir al toro, despistarlo, y que no te pille. Yo no uso nada, únicamente mi propio cuerpo. Hay algunos que llevan traje goyesco, pero los recortadores típicos llevan el tradicional traje blanco con un número detrás con el que se diferencia y se marcan los turnos de actuación. Yo uso el traje blanco.

¿Qué hay que llegar a hacer para ser un bien recortador?

Hay que ir por los pueblos, de uno en uno y practicar. No se hace ningún cursillo, lo llevas dentro o nada, es algo que va dentro de cada uno. Con un cursillo si no es tu pasión, no llegas a ningún lado. Yo salgo a recortar y a embolar porque me gusta, es mi pasión. Poco a poco te vas metiendo en este mundillo, el primer año no sabía la mitad de lo que sé ahora, conoces más al toro.

En esos momentos en que la plaza está llena, la gente espera ver un gran arte, ¿Qué se siente?

Antes de salir a la plaza, muchos nervios principalmente. Pienso en que salga todo bien, que el fuego se quede en los cuernos bien colocado. Nervios porque no sabes cómo se va a comportar el toro, si te va a coger…

¿Alguna vez le ha enganchado el toro?

El toro me cogió una vez recortando, hace un año, y embolando otra vez. Fue un simple revolcón pero cuando te engancha sólo piensas en tirarte al suelo lo más largo posible y que sea lo que Dios quiera. No puedes pensar en nada más. Simplemente esperar la reacción del toro y en cuanto puedas escapar corriendo.

¿Recortar y no torear?

Elegí recortar y no torear porque realmente el toreo profesional requiere muchísimo dinero, y a mí me gustaba más el recortar que el torear. Muchas veces he ido a ver corridas de toros, y lo que me llena es el recortar.

¿Cuándo se enfrenta  al toro a solas?

Cuando le cortas la cuerda al toro. En ese momento sólo piensas en el toro. Sus movimientos, qué va a hacer e ir detrás de él. Si el toro va hacia un lado, tú vas hacia el otro. Es dejarse llevar por el toro. Y si se gira hacia ti, echar a correr. Es algo que lo haces o lo haces.  Si te apartas corres el miedo de que te pille. Es algo que hay que hacerlo a sangre fría, si no, no te pones frente al toro. Prácticamente lo hago durante todo el año, yendo de pueblo en pueblo.

 ¿Cuántas veces salta al ruedo a enfrentarse al toro cada año?

Anualmente suelo hacer unos 70 pueblos como recortador, aunque este año llevo  85, entonces, aunque salimos muchas personas a embolar, a recortar, siempre hay ocasiones en las que te quedas solo. La temporada de recortadores por decirlo así, en España comienza el uno de enero, es decir, el día de Nochevieja a la una de la mañana ya hay un pueblo en La Rioja que monta recortadores, y acaba e 20 de diciembre.

¿Hay alguna ganadería por la que sienta predilección?

Principalmente la de Samuel Flores, La de Miura… y muchas más.  Y en cuanto a ganaderías de reses bravas, tengo mucha confianza con la de Vela, Marcén… con todos los ganadores tienes que tener confianza y llevarte bien con ellos. Si te llevas mal con un ganadero, puede estropearte la faena. Puede que un año te lleve vacas muy buenas, y al año siguiente unas muy malas que no hagan nada, que se estén quietas, o echen a correr sin querer saber nada.

¿Hay algún sitio en el que te sientas más cómodo recortando, o todas las plazas son iguales?

No. Personalmente me siento más cómodo en Valencia porque no es lo mismo. Allí el animal es animal de cerril, que ha salido muchas veces a la calle. Un animal que conoce las calles, las plazas. Cuando recortas un animal de lidia, que es la primera vez que sale es distinto.

¿Y en cuanto al riesgo?

Yo procuro arriesgar siempre lo mismo, pero hay toreros que hacen distinciones dependiendo de la plaza, y del cirujano que les atienda. Ejemplo de ello es Zaragoza. Aquí el saber que tienes el cirujano en la plaza y que además es muy bueno, te da confianza porque de la cogida del toro vas a sus manos, entonces arriesgas más.

La fiesta de los toros, es un debate en la actualidad. ¿Qué puede opinar el toro?

Son planteamientos distintos porque el animal supuestamente está hecho para vivir en el campo y morir en la plaza de toros. No para que vaya al matadero y lo maten sin darle ninguna oportunidad. Yo conozco más de un anti taurino que ve cómo lo matan en el matadero y en la plaza y prefiere que lo maten en el ruedo que en el matadero. Es distinto sufrimiento también. En la plaza lo matan poco a poco y en el matadero lo electrocutan, lo dejan vivo pero atontado y le abren la piel. Eso lo veo una salvajada.

¿Tiene más libertad un recortador que un torero cuando sale a la plaza?

Los toreros se dedican a hacer su faena, y hacerla bien.  Es importante que el toro sea bueno, y que el torero sepa manejarlo. Los recortadores buscan que se vea que el toro está en su terreno y que tú lo manejas. Realmente el toro es el que está en su terreno, la tierra. En un asfalto es más fácil que se caiga. Los toros cuando más sufren es cuando se caen porque no saben si van a poder levantarse.

Sobre el autor

Jordi Sierra Marquez

Comunicador y periodista 2.0 - Experto en #MarketingDigital y #MarcaPersonal / Licenciado en periodismo por la UCM y con un master en comunicación multimedia.