La vis cómica en el Teatro del Mercado

Escenarios, 45

El Teatro del Mercado es uno de los enclaves de la escena zaragozana donde predominan las risas. Los dos últimos espectáculos ofrecidos lo confirman. Comenzó febrero con el ‘Taller Ambulante de Inventos al Instante’, una hilarante propuesta de Click-Clowns Company en la que Óscar Sánchez y Lorenzo Modrón, especializados en el teatro de calle, saben acomodarse a un espacio escénico más reducido para presentar sus grandes números de magia con la participación del público. Mister Loren, el inventor, y su ayudante Bernardo disfrutan abundantemente manipulando sus artilugios, provocándose, discutiendo, riéndose de sus propios fracasos. Combinan el truco con el disparate consiguiendo la empatía de los asistentes a lo largo de toda la representación. Sus bromas tienen buen gusto, su lenguaje es fluido y chispeante, sin caer en la mordacidad ni en la grosería, su gesticulación no pierde el control, y la interacción con el público es intensa pero no molesta.

En una línea distinta, pero igualmente cómica, Remedios de Castro-Díaz, Agustín Embuena y Lorenzo García Serrano, miembros de la compañía Teatro Indigesto, han ofrecido un espectáculo titulado ‘Podemos Conseguirlo’ lleno de dinamismo participativo. Remedios es técnica en prevención y rehabilitación de trastornos adictivos, Agustín es técnico de planificación y gestión local participativa, Lorenzo se presenta como licenciado en socioeconomía política. Desde la FUA (Fundación Universal de Autoayuda) ofrecen una serie de recetas, condensadas en cuatro claves, para conseguir una transformación del individuo y de la sociedad. La parodia está bien montada. El público es movilizado desde el principio, con sucesivas propuestas de participación. Sorprende el dinamismo de los actores, sobre todo el de Remedios, incansable durante toda la función y verdadero eje del espectáculo. La capacidad de improvisación del grupo es notable, recogiendo las propuestas de los espectadores y elaborando situaciones divertidas a partir de ellas. Otro de sus aciertos es el lenguaje utilizado, nunca chabacano ni grosero. La salida del público en manifestación a la puerta del teatro, al terminar la función, conducidos por los actores, pone la guinda a un pastel muy sabroso.